Gracias a la ayuda de numerosas personas y en medio de una copiosa nevada con bajas temperaturas, una familia criancera del Norte neuquino logró arrear sus animales desde un sector de alta cordillera y ponerlos a salvo en el campo que utilizan como invernada.
La historia comenzó hace unos diez días en el paraje Buraleo (cerca del límite con Chile) donde la familia Hernández desde hace mucho tiempo tiene la veranada para su ganado.
Por diferentes razones en esta oportunidad se demoraron en regresar a la invernada -ubicada en Naunauco, al Sur de Chos Malal-, donde este martes (30/06) llegaron los últimos animales, mayoritariamente cabríos y algunos vacunos.
Generalmente las cientos de familias que practican la ganadería móvil (trashumancia) en esta región del Neuquén, regresan a las invernadas antes de que finalice el otoño para evitar la nieve y los fríos extremos del invierno.
La travesía fue difícil ya que hubo que recorrer más de 100 kilómetros por huellas escarpadas cubiertas de nieve, en algunos casos ubicadas por encima de los 1500 metros s.n.m., según preciso el párroco Diego Canale uno de los organizadores de la ayuda a la familia Hernández.
