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El lado B del Cruce de los Andes: los 700 niños, ancianos y mujeres que espiaron para San Martín

A doscientos años de la gesta sanmartineana, Felipe Pigna resaltó un aspecto poco recordado del Cruce de los Andes: las tareas de inteligencia y logística que los hicieron posibilitaron, y exitoso. El historiador recordó las tareas de espionaje que comandó el chileno Manuel Rodriguez desde la capitanía realista trasandina: más de 700 mujeres, ancianos y niños que registraron los secretos de los autoridades españolas, esparcieron rumores falsos y relevaron topográficamente los pasos cordilleranos. En este sentido, Pigna relató como el genio militar de Yapeyú embaucó en el Fuerte San Carlos del Sur de Mendoza a los jefes Pehuenches aliados a los realistas de Chile para que difundieran un plan de cruce falso que desorientó a los comandantes españoles. Además, destacó la labor de Fray Luis Beltrán, quien durante los dos años previos a la campaña militar desarrolló la industria metalúrgica y organizó la artillería del Ejército de los Andes. Según Pigna, fueron gracias a todas estas tareas, planificadas y coordinadas de manera precisa por el General San Martín, que se pudo llevar a buen puerto lo que definió como “la gesta militar más extraordinaria de la historia”.