CIENCIA MENDOZA

Un astrónomo argentino es candidato al premio Nóbel de Física

El astrónomo argentino Julio Navarro, quien reside actualmente en Canadá es un firme candidato a un premio Nóbel, gracias a un estudio de reconocimiento sobre cosmología y materia oscura, parte de la física que estudia el universo, en el que ha trabajado durante varios años.

Navarro, graduado en la Universidad Nacional de Córdoba en 1986, se doctoró en Astronomía tres años más tarde y trabajó en el Conicet. Luego pasó por las Universidades de Harvard, Arizona y Massachusetts en Estados Unidos, Cambridge y Durham en Reino Unido, y finalmente se fue a vivir a Canadá, donde trabaja en la Universidad de Victoria. Se hizo mundialmente reconocido por sus investigaciones sobre formación y evolución de galaxias, estructura cósmica y materia oscura.

“Me siento muy contento y orgulloso de pertenecer a esa clase de científicos que son considerados respetables para este tipo de premio”.

El científico, en diálogo con LV4 explicó que los estudios relacionados a la materia oscura del universo indagan en la constituyente más importante del universo, en términos de materia.

“Lo que hemos aprendido en los últimos 20 o 30 años en relación a mediciones astronómicas y astrofísicas, es que la materia que conocemos, que constituye las estrellas, el planeta, la materia que aparece en la tabla periódica con todos sus elementos, es una materia ordinaria y constituye una cantidad ínfima del universo. La mayor parte del universo está formada por una sustancia que aún no hemos podido identificar exactamente, pero que sabemos no es esta materia ordinaria. Contamos con varios indicios, una cosa que tenemos bastante clara es que si en nuestra vía láctea esa materia no existiera, el sol no podría tener la órbita que tiene. Y si sólo hubiera gas, estrellas y materia ordinaria, no habría masa suficiente para mantener al sol en su órbita, se esparciría y desaparecería. Así, necesitamos esa materia oscura para cementar gravitacionalmente la galaxia y permitir el movimiento de las estrellas de la forma en que lo hacen y así todas las galaxias que conocemos. Este tipo de estudios es un proceso que te lleva a la humildad, al reconocer cuán pequeños somos en un universo tan enorme. Cada vez que ponemos a la humanidad como el centro y la razón de por qué las cosas ocurren, como el centro del universo, siempre estamos equivocados. Como lo estamos cada vez que decimos que los seres humanos somos la única especie inteligente de la tierra. Ese humanocentrismo o antropocentrismo ha sido siempre dañino y ha ido en contra del progreso científico. Entonces mejor pensar que el progreso está allí y si por alguna razón fortuita podemos entenderlo, simplemente tenemos que disfrutarlo”.