Eugenio Raúl Zaffaroni Jujuy

“Siento mucho este merecido desprestigio del poder judicial”

En el marco del conversatorio por el día del periodista, el jurista Eugenio Raúl Zaffaroni expuso con mucha firmeza y contundencia sus opiniones respecto al accionar del poder judicial argentino y en particular de Jujuy, sobre el que expresó: “no garantiza la administración de justicia y, por ende, desde el punto de vista político, lo que tendrían que hacer las cámaras del congreso es intervenir la provincia, o por lo menos su poder judicial”.

“Periodismo urgente. La subjetividad en acción para desactivar las fake news y el lawfare”, se denominó el encuentro virtual donde participaron periodistas, comunicadores, docentes universitarios, estudiantes y público en general, fue organizado por Nacional La Quiaca y la secretaría de comunicación institucional del municipio quiaqueño.

El ex juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dijo: “nos enfrentamos a un escándalo, un escándalo en la democracia, en la república, un escándalo frente al principio republicano que como todos sabemos, no afecta solo a la Argentina si no que sabemos que se ha extendido por la región el famoso lawfare, que entiendo que como ahora hay que decir todo en inglés también esto se dice en inglés.

Creo que estamos olvidando la vieja riqueza española que tenemos nosotros, mezcla de español italiano de los insultos cotidianos, ahora vamos a empezar a decirlos en inglés, pero que su traducción no es del todo correcta, porque ‘fare’ es campaña, ‘warfare’ es una campaña bélica y ‘lawfare’ sería una campaña mediante el derecho objetivo.

Es un derecho objetivo no subjetivo y, realmente no se trata de una campaña de derechos sí no que se trata de un delito, una asociación ilícita. Una asociación ilícita que algún día, tarde o temprano los que la protagonizan deberán responder ante algún juez.

Obviamente en esta asociación ilícita participan lo que el colega periodista llamaba medios hegemónicos. No son medios hegemónicos, sociológicamente -seamos sinceros- es un partido político único, no institucionalmente por supuesto. Los partidos institucionales son otros. ¿Porqué? porque son los que seleccionan los candidatos a representantes de esta mafia financiera del norte y, nos lo introducen pervirtiendo nuestra democracia en el aparato político para endeudar los países de la región y de esa manera practicar el actual colonialismo tardío o colonialismo financiero que estamos viviendo en toda la región.

El caso de Milagro Sala es uno de los casos más escandalosos de este llamado ‘lawfare’, de este delito. Delito que involucra a jueces que cometen prevaricatos, claros prevaricatos como en el caso de un procesamiento por traición a la Nación sin guerra, cosa insólita, frente a la terminante definición que tenemos en nuestra constitución nacional del delito de traición a la Nación que presupone naturalmente guerra, porque es lo contrario no hay enemigo.

Otro prevaricato es inventar que, para evitar excarcelaciones, una de las razones para mantener la prisión preventiva son supuestos vínculos residuales, algo que el periodismo llamó doctrina. Doctrina no es cualquier idiotez que se diga, doctrina es algo que se sostiene en el derecho más o menos para argumentos racionales. Esto no lo sostiene nadie, ni nunca lo sostuvo nadie, ni el último panfleto del último anaquel de la más olvidada biblioteca jurídica contiene una palabra respecto de esto. Esto es prevaricato puro, puro y claro.

Estamos ante casos gravísimos, gravísimos. La condena a Amado Boudou en función del testimonio de un testigo comprado, al que le compraron un hotel, está documentado, con pretexto de protegerlo, de testigo protegido mientras el protegido se paseaba por todos los canales de televisión haciendo declaraciones.

En el caso de Milagro y pese a lo resuelto por mis colegas de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), donde yo no intervengo por supuesto, por razones reglamentarias; se le quiso montar una cárcel individual. Se mostraron fotografías de personas retiraban dineros, que eran para pagar salarios. Un testigo declara que no le comprenden las generales de la ley, pero es empleado de la gobernación. ¿Qué es eso?

Declaraciones de la presidenta del Superior Tribunal de Jujuy (Clara Langhe de Falcone): ‘no, no, con Milagro suelta no se puede gobernar’, pero ¿qué es eso? La reemplazan por imprudente y el que la reemplaza (Pablo Baca) declara telefónicamente más o menos lo mismo.

El poder judicial de Jujuy integrado de la forma en que todos sabemos, el gobernador convocó a la legislatura, la legislatura amplió el número de jueces del STJ y los diputados que votaron esa ampliación pasaron a ser jueces del STJ. Y después ministros que pasan a jueces, todos parientes. No está prohibido, pero acaso el gobernador de Jujuy y el partido gobernante, ¿son juristas?

Está bien, se pueden aprovechar las fallas de viejas constituciones que exigían por lo menos el título de abogado porque en 1853 no había muchos, pero bueno… y con eso basta, claro.

Pueden decir: ‘pero en la corte suprema de EEUU cada presidente republicano nombra a un ministro republicano y cada presidente demócrata nombra a un ministro demócrata’. Sí, es cierto, pero los eligen entre los juristas, aquellos que ideológicamente están más en sintonía con la cosmovisión del partido. No nombran ministros del día anterior, no nombran a un abogado que tuvo hace un rato.

Todo esto es real y penosamente encubierto por la corte suprema de la Nación. No nos llamemos a engaño. Estamos frente una corte suprema particular, tan particular que algún sentido es mucho más peligrosa que las cortes supremas problemáticas que hemos tenido.

La corte del fraude patriótico de los años 30, era una corte conservadora, oligárquica; correspondía a una estructura oligárquica del país, pero sabíamos adonde apuntaba ideológicamente. La corte de la mayoría automática, sabíamos que actuaba en sintonía con la política neoliberal de Cavallo… privatizaciones, etc. Criticable, pero sabíamos adonde apuntaba.

Ésta, lamentablemente no lo sabemos, es imprevisible. Es tan imprevisible que un día, en el caso Boudou y pese a estar probado que un testigo había sido comprado con un hotel; dijo: ‘no me interesa, no lo voy a revisar porque no me interesa’. No revisó la sentencia, no abrió la instancia.

Esta corte suprema es la que frente a un poder judicial que en la opinión pública tiene muy bajo nivel de confiabilidad y habiendo tenido la oportunidad en un momento muy difícil como el que estamos viviendo, con 500-600 muertos por día, con las atrocidades y las mentiras que se dicen por el partido único de medios; podía haber tenido la oportunidad de poner un poco de orden. De decir: momento, vamos a llamar a los técnicos, vamos a escuchar a los epidemiólogos, vamos a poner un poco de orden en todo esto’. Hubiese subido el prestigio de ella y del poder judicial. Quizás yo sea un viejo conservador, pero siento mucho este desprestigio del poder judicial. Merecido desprestigio de nuestro poder judicial.

Por eso lo que realmente me enoja, me pone mal, más allá de cualquier juego político o jugarreta política, es que nuestra corte suprema haya coronado su tristísimo papel desaprovechando esta oportunidad.

Este poder judicial de Jujuy que no garantiza la administración de justicia y por ende, desde el punto de vista político, lo que tendrían que hacer las cámaras del congreso es intervenir la provincia, o por lo menos su poder judicial. No lo hacen, ni confío en que la corte suprema ponga orden en esto.

¿Cuál es el camino? El pueblo, apelar al pueblo y la gente. Apelar a la protesta pública, ordenada, no violenta, pacífica. Protesta pública constante, permanente, en cada esquina, en cada barrio. Esto es un escándalo que nos amenaza a todos. Hoy Milagro es la que está presa, mañana puede ser cualquiera de nosotros. Esto es inadmisible, esto es un escándalo total.

Un poder judicial está integrado por tres mil jueces que debemos tener en el país, pero el protagonismo del desastre es de pocos. La mayoría quizás sea imputable por su silencio, hay que sacarla del silencio. Se están llenando de estiércol, y no por cosas que hagan ellos. Sino porque lo reparte una minoría estratégicamente ubicada. ¡Basta!

Nuestra nación, muchas veces ha incurrido en errores en su poder judicial, esos errores y fallas no son buenas nunca. ¿En qué han consistido? En garantizar cierta impunidad, pero no en perseguir. En los gobiernos constitucionales, a veces con partidos políticos proscriptos, pero sistemas que tenían la forma constitucional, nunca había pasado esto. Si alguna vez se había manipulado algo, había sido por impunidad, pero no para punición. Menos para una punición escandalosa, absurda, ridícula. Esto no es lucha jurídica, lucha de derechos, son delitos. Es una asociación ilícita en la que convergen, el partido político único con un pequeño grupo de jueces, funcionarios, espías de un servicio de inteligencia que tendría que estar al servicio de la seguridad del estado. Y políticos o seudo políticos, de estos que nos endeudan el país astronómicamente y nos dejan sometidos a las exigencias de reducción presupuestaria y de inversión social que nos imponen los organismos financieros de la mafia del norte.

¿Qué podemos hacer? Invitar y convocar al pueblo, y protestar. Institucionalmente no queda otra. No confío en lo que haga la corte suprema. Los antecedentes y la conducta de esta corte errática, absurda, encubridora; no me dan elementos para poder confiar.

De modo que acudir a los organismos internacionales también, pero nuestro sistema regional es lento, es demorado. No tiene la misma eficacia que el sistema europeo, que de alguna manera alguna respuesta ha dado.

La única es la protesta, no olvidar lo que está pasando. No ignorarlo, repetirlo, decirlo, boca a boca si es necesario. Y confiar en nuestro pueblo. Es la única, no veo otra.

Los pueblos cuando se dan cuenta que son engañados, se indignan. Como cualquier que es estafado. Esto es todo una gran estafa, un gran ardid. Donde nos inventan y construyen una realidad. Nos muestran gente retirando dinero del banco y dicen: ‘lo están robando’.

Esto es una gran estafa, una estafa al pueblo argentino. Y lamentablemente lo está protagonizando por un sector minoritario de sujetos que se llaman jueces, disfrazados de jueces y toga. Pero ese sector de falsos togados, algún día deberá responder, si no ante un juez, por lo menos ante nuestro pueblo.

Por eso no queda otra que apelar al pueblo, apelar a la protesta pacífica, no violenta, pero protesta continua y permanente.”