Entrevista a Liliana Hendel ENCUENTRO NACIONAL

“Si un día no vuelvo, rompan todo”

Úrsula Bahillo es joven de 18 años de la localidad de Rojas, provincia de Buenos Aires, que fue asesina por su ex pareja, un agente de la policía bonaerense. Ella lo había denunciado 14 veces en la justicia y por las redes sociales, antes de haber sido encontrada la noche del lunes, en una zona rural, donde había sido citada por Matías Ezequiel Martínez.

Liliana Hendel, Secretaria de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza, estuvo en comunicación con Encuentro Nacional para ofrecer su perspectiva de experta en la cuestión.

Según ella, las cifras de femicidios que se miden año tras año, en un momento estuvieron encubiertas bajo caratules de “celos”, “crímenes pasiones”, “muerte natural” y hasta “sin categorías”.

En ese sentido, remarcó que “el sistema judicial y la policía no están capacitado”, y agregó, “a las mujeres no se les cree, se las trata de exageradas y de celosas”, enfatizando en el famoso “es un tema privado, no hay que meterse”, con el que se manejaban estos "asuntos" en otra época.

“El sistema judicial es profundamente patriarcal”

En palabras de la funcionaria, “uno está con el asesino en la nuca, y en las comisarías te dicen “es fin de semana, vení después”".

“Es indispensable que la capacitación sea obligatoria en todos los estratos e instituciones del estado”

Hendel además, hizo una comparación de suma importancia para comprender la gravedad de la situación. Ella planteó la diferencia entre “Femicidio” y “Feminicidio”, a lo que respondió: “La diferencia es que el Feminicidio incluye al estado, porque es responsable él también. Es el policía que no escuchó la denuncia y el juez que sobreselló o no dictó prisión preventiva”.

La solución que planteó la funcionaria no es refugiar a las mujeres con botones antipánico o perimetrales que nunca funcionan, sino encerrar a los “pibes” para que no maten más mujeres.

Y cerró con un mensaje claro y contundente: “Úrsula no vuelve más, intentó que la cuidaran y nadie la cuidó. Había que esperar a que su asesino la matara para que la ley funcione”.