Es difícil que se concrete el “frente de frentes” propuesto por Juan Schiaretti. La discusión de superficie muestra tácticas electorales del gobernador de Córdoba, Horacio Rodríguez Larreta y de quienes, en Juntos por el Cambio, se oponen a esta alianza electoral. En el Plan B (un gobierno de coalición amplio, fuerte, de “unidad nacional”) aparece con claridad un aspecto estratégico de las fuerzas políticas tradicionales que va mas allá de las elecciones. La palabra clave es “gobernabilidad” y preguntamos qué gobernabilidad. Nadie discute que el próximo gobierno deberá enfrentar una situación muy difícil, grave, muy crítica, dramática y que en consecuencia deberá apoyarse en consensos amplios.
Los síntomas de esta crisis son conocidos: inflación, pobreza insostenible, trabajadores formales pobres, deuda externa. Una gobernabilidad democrática garantiza la estabilidad política satisfaciendo las necesidades de quienes padecen la crisis. Desarrollamos esta idea: la unidad nacional para la gobernabilidad que reclaman quienes ya tienen decidido aplicar planes de ajuste, lo hacen pensando y temiendo las reacciones sociales que provocará el neoliberalismo aún más duro que tienen en carpeta. “Gobernabilidad autoritaria” o coercitiva con las clases populares, decimos, a falta de otras palabras.
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