Sentarse a conversar con este santacruceño significa embarcarse en un itinerario de vivencias y trabajos que se remontan a principio de los años 60.
Hacerlo desde la perspectiva que nos da la isla es encontrarnos con un muchachito que llega a la Misión –Escuela Agrotécnica Salesiana- a perfeccionarse en tareas rurales. Muchos lo hacían desde Santa Cruz, la Misión era la escuela más cercana y tenía un internado que facilitaba la estadía. El aprendizaje comenzaba ya en la escuela primaria.
Finalizar la escuela, el adolescente volvió a su provincia natal donde se dieron oportunidades de trabajo en el Concejo Agrario, Ricardo no venía de una familia de terratenientes, no tenía campos familiares que administrar, pero le gustaban las tareas rurales.
Un día volvieron a llamarlo desde Tierra del Fuego, y ya no se iría más.
Ya jubilado de múltiples quehaceres nos recibió en su casa de un rincón soleado de Chacra 2, en el patio cubierto lo espera su moto.., con lo que sale con frecuencia a competir con el viento, en su voz se esconde el humo de tantos cigarrillos consumidos..
Ricardo Aguilar habla.., y mientras lo gana la palabra mira para adentro…
