CULTURA NEUQUÉN

Rafael Urretabizcaya presentó su último libro “Chamamecero Serial”

Rafael Urretabizcaya explica que Benito Mario Serial, el “Chamamecero Serial” sale de La Cruz, Corrientes, un pueblo a orillas del río Uruguay. Él llega un poco en colectivo, a dedo, pero toma en el último tren hasta ahora, porque se encuentra suspendido el servicio, del Zapalero el 16 de mayo de 1992. En ese tren hace poco más de 30 años llega Benito, se agacha quizás a atarse los cordones y la vendedora de empanadas cree escuchar que “El Chamamecero” levanta un puñado de tierra y dice: “tierra fértil” y la vendedora piensa: “qué le pasa a este hombre?”.

El autor comenta que “no se sabe si el tipo tiene ciertos poderes o está un poco confundido o qué y eso es lo que se va a ir contando en esta historia”. Rafael Urretabizcaya anticipa que sí tiene poderes y va a tener oportunidad de ir demostrándolos a medida que transcurre el libro, pero, aclara que son poderes un poco criollos, él sabe cosas que saben los demás. Al Chamamecero le gusta la gente y la escucha de esta manera puede ir interactuando en todos los lugares en los que está.

El libro se presenta en Zapala en el mes de marzo, y Rafael comenta que cuando va a este lugar siempre aparece alguien que lo conoció, o su abuela o tío y hay que recordar que la llegada de Benito Mario Serial fue hace 30 años.

Es importante el tema del tren en este libro, aclara su autor y agrega que el tren fue parte de todo un proyecto de país en el principio de siglo con la idea de poder sacar los frutos del país, en el año 194 y pico Perón dijo “ahora son nuestros” en otro momento otro señor que se llamaba Menem dijo “ramal que para ramal que cierra” y desde que dijo eso hasta que cerró pasó solamente un año, el tren está asociado a toda esta épica de este terreno, punta de riel, a donde se llega muy probablemente para irse a otro lado, o se llaga para ir a la colimba o se llega como dice una de las chicas del libro “acá se está de paso y de la vida”.

Rafael destaca que no hay que olvidarse que lo rescata Silvia Mellado en la contratapa, y es que en la zona de Zapala estuvo el mar, uno puede observar los bardones y se puede imaginar las ballenas. Comenta además que hasta hace poco en ciertos lugares de Zapala se ofrecían fósiles relacionados con la vida mariana. Hay algo en el libro que surge que es la salida al mar, hay un acontecimiento importante que cruza la vida del Chamamecero que es la de llevar a los 23 chicos de las inferiores del Club Frontera a conocer el mar y se organiza un bingo en donde mediante la trampa o la maravilla logran los fondos para poder llegar a este viaje.

El libro tiene un devenir particular, unas cosas que van dejando otras que se podría decir que es lento pero en realidad que es de masticar, de pensar, de introspección. En la novela hay una aparición del mundo campesino, los hermanos Luceros que lo van a buscar para pedirle una mano para que llueva, para que se humecte su esperanza de charqui que están casados de lo poco y quieren mucho de algo alguna vez, de abundancia, pero no abundancia de tener para que te sobre o de guita, sino de dicha, de felicidad de amores, va por ahí la historia.

“Yo un poco abuso de la idea de Rodolfo Walsh que escribir es escuchar pero en ese sentido me habla más los años que he vivido en el campo en donde he estado más atento ahí porque en ese contexto uno no sólo se escucha sino escucha al otro y ahí aparece la escritura.”

Rafael aprovecha para contar la historia de un vecino que se apoda Manzanita y explica que vino de Chiloé, llegó a Comodoro a trabajar en el petróleo y después terminó en La Vega, una vez estaba picando leña de sauce que es medio rebotadora y le cayó una astilla en el ojo, volvió la casa y la mujer le dijo que ya al hospital y esperó finalmente lo convenció y cuando la doctora lo revisó y le dijo que se había vaciado el ojo la doctora le dijo que iban a tener que poner un ojo de vidrio y manzanita dijo “eso sí que no doctora a mí ni me gusta andar engañando a la gente”.

En relación a expresar el paisaje Rafael comentó que si bien son 20 libros, ha escrito obras de títeres, canciones, poemas, novelas y más o menos se escribe sobre la mismo, la vida y la muerte, la esperanza, la infancia y lo toman al mismo tema distintos personajes.

Por su parte, Rafael indicó que a él trabajó muchos años con mucha gente “Me gusta la gente, me interesan las personas y por eso me gusta la literatura y no al revés y por eso escribo”. Entonces como conozco muchas personas a veces aparen oportunidades como la de Balsero en donde también disfruto esas expresiones artísticas en las que a veces me pregunto qué hago en el escenario y después lo disfruto.

El “Chamamecero serial” está editado por una editorial feminista de Rosario que se llama Brumara y lo distribuye Salvaje Federal que encarga de llevar el libro al interior y en San Martín de los Andes se consigue en Patalibro o La Grieta.