Pablo Gerbi, ingeniero mecánico, nos comenta sobre los deshidratadores solares para la agricultura familiar. Una convocatoria que se dio a fines del año pasado que estaba impulsado por el Ministerio de Ciencias, Tecnología, Innovación y Productiva en articulación con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, dentro del cual había tres modalidades, una de ellas, era Tecnología y Producción de Alimentos, allí fue que entró la propuesta de trabajar con Tecnologías para la Agricultura familiar.
“El proyecto lo que busca es lograr algunas alternativas técnicas para el deshidratado solar de alimentos en escala familiar y semiindustrial”, contó Gerbi.
Además explicó que en la región del NOA hay mucha radiación solar, que desde el punto de vista productivo es una gran ventaja y se debe aprovechar, ya que es un recurso infinito, natural y renovable que no genera ningún tipo de contaminación. Entonces la propuesta busca aplicar el recurso solar en aplicaciones productivas para que le sirva a los productores familiares. “Tenemos experiencias sobre todo en el deshidratado que se viene aplicando de forma milenaria, ya que desde siempre se ha considerado que de ese modo los alimentos tienen más tiempo y vida útil, por lo que tiene que ser valorados entorno al comercio”, dijo el ingeniero.
El equipo está trabajando en conjunto con el INTA de Patagonia, con el Grupo de Tecnología de Alimentos que forma parte del Ciited de la UNJU, Fundación Mallku Andina y la Asociación Civil Red Valle de Altura donde se busca aplicar las tecnologías en la Comunidad Aborigen de Ocumazo y la Cooperativa Prosol de Maimará. Además, con los desarrollos que se vayan a validar o homologar se puede generar aplicaciones en las localidades donde ya hay comercio, pero se puede fortalecer esos circuitos locales y ubicar la producción en otras regiones del país. “Se está generando una tina quesera pasteurizadora para la elaboración de quesos artesanales, el proyecto sigue en pie y viene para quedarse”, finalizó.
