El reconocido analista internacional Walter Woobar, explicó en diálogo con LV4 Radio Nacional San Rafael porqué la vacuna rusa tiene “mala prensa” destacando que la de AstraZeneca -patrocinada por la universidad de Oxford- “ahora ha tenido que pedirle auxilio a los fabricantes de la vacuna rusa”.
Woobar señaló que el prejuicio parte de una gran campaña de desinformación que se inscribe en la guerra 
desenfrenada entre laboratorios comerciales y la vacuna Sputnik que está hecha por un instituto estatal (bajo el paraguas de un fondo de inversión). “La connotación de ruso pareciera ser un sinónimo de comunista y la gente que la utiliza se ha olvidado que la Unión Soviética desapareció hace casi 3 décadas y que Rusia es casi tan o más capitalista que Estados Unidos”.
Agregó que “no es que Rusia desarrolló de la noche a la mañana la vacuna contra el coronavirus, la Sputnik V y ya está trabajando en otras”. Lo que colocó a Rusia a la vanguardia en este tipo de trabajos –recordó el analista- fue por ejemplo, la vacuna contra el virus del Ébola, “cuando ningún laboratorio la quería hacer porque no era rentable, Rusia consiguió desarrollar una vacuna y logró detener la pandemia del Ébola en el África”.
Respecto de la vacuna Pfizer el analista dijo que la Argentina estuvo dispuesta a pagar el doble que por la rusa, además de cumplir con exigencias como “hacerles una ley a medida que les concediera inmunidad frente a posibles juicios pero Pfizer ni siquiera estuvo conforme con eso y planteó más exigencias”. Esto ha provocado que el contrato no se haya firmado aún, además de que Pfizer ha reconocido que “no tiene la capacidad de abastecer la cantidad de dosis que había prometido”, añadió.
Woobar considera que los intereses políticos (la grieta) mezclada con los intereses comerciales y económicos está empañando el tema de la vacuna. “La vacuna es un bien escaso en este momento y el mundo está viviendo una segunda ola muy crítica – el gobernador de California ayer pidió 5.000 bolsas para cadáveres-” dijo a modo de ejemplo. Hay que tener una logística tremenda para distribuir y vacunar.
Finalmente expresó que el exceso de optimismo ante la provisión de vacunas ha hecho que la gente baje la guardia “las vacunas no han llegado” –remarcó- “y así las vacunas llegaran en diciembre vamos a tener que seguir cuidándonos con responsabilidades individuales y colectivas durante mucho tiempo, los vacunados y los no vacunados”.
