Las fiestas de fin de años y un gran desafío: reducir el uso de la pirotecnia. Desde hace algunos años, leyes provinciales, establecen algunas limitaciones sonoras a respetar. Algo que, durante el 2021, no sucedió en Tucumán. Es por ello que, antes de la cena de fin de años, familiares de niños con autismo piden que se respete la ley sobre el uso y comercialización de pirotecnia. "Establece de que hay que poner un tope sonoro de 69 decibeles, porque es una cuestión de salud. La hipersensibilidad acústica es un problema que les trae muchos otros problemas a las personas con trastornos cognitivos, generándoles estrés muy desmedido y difícil de manejar", explicó Florencia Romero.
