Por Nicolás Álvarez
Boca volvió a perder un partido importante de la Liga Profesional. La derrota con el Rojo y la cantidad de cambios que hizo Battaglia, generan muchas dudas en el corto plazo.
No ganó ningún clásico en el actual torneo. Perdió con River, San Lorenzo e Independiente. Apenas empató con Racing sin goles. Hace un par de semanas, Diego Latorre, comentarista de la televisión, me dijo que es contraproducente para los futbolistas, la cantidad de modificaciones que hace el entrenador en forma constante.
En el partido disputado en el estadio Ricardo Bochini, ni Eduardo Salvio ni Cristian Pavón sienten la función de ser los organizadores de juego. En el banco, el técnico dejó a Edwin Cardona, Juan Ramírez y Aaron Molinas, que son los que le pueden dar fútbol a Boca. Por otra parte, los cambios llegaron tarde en el segundo tiempo. En el comienzo de la semana, parecía que iba a repetir el equipo. Algo que finalmente no sucedió.
Asimismo, Carlos Izquierdoz se hizo echar tontamente. El capitán del equipo no estuvo a la altura.
En tanto, fue vergonzosa la pelea en el banco entre Cristian Pavón y Carlos Zambrano. El cordobés arrojó una botella de agua que mojó al peruano. Por esta situación discutieron y los tuvieron que separar.
Boca puede ganar la Copa Argentina y conseguir el pasaje a la Copa Libertadores de América. Pero este equipo tiene más dudas que certezas. Y las decisiones equivocadas que toma Sebastián Battaglia, lo alejan cada vez más, de la conducción del equipo para el 2022.
