En diálogo con Postales de Radio por Nacional Esquel, Nicolás Gutman, ambientalista, politólogo y economista que se especializa en legislación minera, analizó la situación que se vive en Chubut con este tema. Fue asesor de la Secretaría de Ambiente de Tierra del Fuego e impulsó una ley en esa provincia que prohíbe precursores químicos necesarios para el desarrollo de megaminería, pero no la actividad. Al respecto, Gutman señaló que "tardó un par de años en salir pero salió, sigue en pie". "Es una forma de hacer leyes, uno puede ir y decir no a todos los proyectos megamineros o puede entrar en los detalles de lo que necesita la minería actual y prohibirle esos procesos. Son diferentes formas de dar la batalla", planteó. Actualmente se encuentra en la región cordillerana de Chubut y está involucrado con lo que ocurre luego del rechazo a la Iniciativa Popular y el impulso de la zonificación: "Casi todos estos proyectos vienen a buscar oro y metales que no tienen nada que ver con la cadena productiva que hay en la Argentina. Para evitar tener ese problema con el lobby minero le prohibimos usar cianuro, los tóxicos y otros procesos". "La discusión que tenés que dar es por qué necesitas estos procesos, por qué no quieren venir y usar minería a baja escala, cooperativa, que eso no es el modelo actual y no lo quieren hacer por más que existe obviamente", evaluó.
Aseguró que estos emprendimientos no están relacionados con "concatenaciones productivas de industrias argentinas. Ahí también tendríamos que sentarnos y ver cuáles son los problemas ambientales y los impactos a la salud. No es esa la discusión porque acá vienen a buscar oro y otros minerales y metales que no tienen que ver con lo cotidiano de todos nosotros". Con respecto al Código Minero actual, realizado en 1997, indicó que es "un mamarracho jurídicamente": "Se hizo parte en Argentina y en parte en las corporaciones mineras canadienses, norteamericanas, en el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, que fueron los grandes impulsores". "Es muy perjudicial el sistema jurídico que reglamenta todo el sector", resaltó. También recalcó que ni en Argentina ni en otros países, como Canadá y Estados Unidos, hay recursos para disponer los controles necesarios a la actividad.
"La minería desplaza a la agricultura, desplaza al turismo. No podés tener una mina a cielo abierto y al lado ganadería, cultivo o turismo porque te están dinamitando una montaña", consideró Gutman. "Las zonas mineras históricamente terminan siendo poblaciones con bajos niveles de desarrollo, mucha pobreza y pueblos fantasma. No hay que negar que hay un movimiento económico y gente que se favorece con muchísima plata, pero también hay que pensar que cuando ese proyecto se termina los pueblos se vuelven inviables", agregó. Por otra parte, apuntó que "no genera mucha mano de obra, la minería actual es muy intensiva en capital, requiere mucho dinero para funcionar pero no mucha mano de obra. Una mina grande funciona con 600 personas, son 600 puestos de trabajo que arruinan a toda una comarca por 200 o 300 años".