En medio de la epidemia sin precedentes que atraviesa Argentina, hemos tenido la oportunidad de conversar con la epidemióloga Virna Almeyda, Jefa de Departamento de Epidemiología e Información Estratégica en Salud del Hospital SAMIC de El Calafate. El propósito de esta entrevista ha sido comprender mejor la naturaleza de esta enfermedad y las medidas necesarias para abordarla.
Es importante recordar que Argentina había logrado erradicar al mosquito transmisor del dengue en 1965 y 1966 gracias a políticas sanitarias efectivas. Sin embargo, la reciente epidemia ha resaltado la necesidad de entender el dengue desde una perspectiva socio-sanitaria, donde tanto el Estado como la comunidad deben colaborar activamente.
La Dra. Almeyda enfatizó el papel crucial del Estado en el establecimiento de sistemas integrados de prevención. El dengue es una enfermedad que refleja las desigualdades socio-sanitarias, por lo que abordar sus causas fundamentales es fundamental para su control a largo plazo.
Actualmente, las condiciones climáticas no favorecen el ciclo biológico completo del mosquito transmisor en Santa Cruz. Sin embargo, el cambio climático plantea un escenario incierto. La prevención efectiva depende de una vigilancia epidemiológica rigurosa, el control del vector y políticas públicas activas.
Se están llevando a cabo investigaciones sobre la adaptación del mosquito en la provincia para anticipar su posible llegada. Es importante destacar que aún no hay indicios de que la epidemia vaya a terminar pronto, por lo que la concientización y la prevención continúan siendo esenciales.
En cuanto a la vacunación, la Dra. Almeyda mencionó que tanto la Organización Mundial de la Salud como la Comisión Nacional de Inmunizaciones recomiendan su uso. Se recomienda la vacuna para personas mayores de 4 años que viajen a áreas con circulación autóctona y no presenten contraindicaciones médicas.
En resumen, abordar la epidemia de dengue en Argentina requiere un enfoque integral que incluya la colaboración entre el Estado, la comunidad y la aplicación de medidas preventivas basadas en evidencia científica. La vigilancia constante y la concientización son clave para controlar esta enfermedad en el largo plazo.