COLUMNA DE OPINIÓN MENDOZA

Montoneros y Mapuches: la vulnerabilidad de los 20

Años setenta. Es madrugada en el centro de San Rafael. Luego de agotar charlas y cafés (por esa jornada, claro)  cada uno enfila para su casa. Un amigo invita a otro, un poco menor, a que lo acompañe “a una cuadra para ver a un muchacho”. El sitio en cuestión está apenas a un par de cuadras “de Mitre y San Martín” (al decir de entonces). Suben unas escaleras, el mayor hace punta, golpea la puerta que se franquea. Entre una humareda, se ve una pantalla que refleja a jerarcas comunistas en la Plaza Roja de Moscú pronunciando encendidos mensajes subtitulados. Cuando cae en la cuenta respecto de quienes participan de la reunión y el motivo del encuentro, el más joven se marcha entre confundido y fastidiado. Siente algo parecido a una traición mientras se repite mentalmente “Él sabe cuál es mi pensamiento político” ” ¿Por qué me llevó engañado?”.

El episodio tiene otro capítulo: en un encuentro posterior hay pedido de explicaciones que no tienen respuestas; no al menos convincentes. La relación se deteriora; nunca más será igual. Al poco tiempo, tras el triunfo de Héctor Cámpora, el “Kilómetro Cero” se convierte en un escenario frecuente de militantes que, envueltos en banderas rojas y aporreando bombos, cantan consignas como “Perón, Evita, la Patria  Socialista”. Uno de ellos es el mayor de los amigos y también hay Convertidos…Al poco tiempo, casi todos, pregonan su Identidad Montonera.

Viene a cuento por la muerte del joven Alejandro Nahuel durante la toma de un predio de Parque Nacionales en Bariloche por parte de la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche).

La madre del muchacho declaró a los medios: “No sé cómo a mi hijo lo manejaron para que ande con esa porquería (por RAM). Él no tenía por qué pelear por tierras porque tenía sus cosas”, dijo Graciela Salvo. El padre, por su parte, remarcó que su hijo no era Mapuche y “sólo iba a acompañar”.

Misma metodología de captación que en los setenta. No importa si hay compatibilidad ideológica; lo importante es sumar. Y antes, y ahora, desafortunadamente hay incautos que, cuando se percatan, ya están adentro porque, además, “Quién no es revolucionario a los veinte…”

Por Roberto A. Bravo