Gustavo Campana Corrientes

Milei es un pseudo candidato, amateur que no conoce la botonera del Estado

El periodista de en LRA 1 de Radio Nacional Gustavo Campana, dialogó esta mañana en el programa homónimo, que se emite por Nacional LT12, y analizó el debate que tuvieron los candidatos a presidir la nación argentina desde el 10 de diciembre, Sergio Massa y Javier Milei. Hace mucho que vengo trabajando que no hay dos modelos de país en la Argentina, sino que hay un modelo de país y un proyecto de colonia, aseveró.

Ese proyecto de colonia tiene que ver con  ajuste, endeudamiento permanente, fuga de capitales, industricidio y esencialmente entrega de la soberanía.

Creo que ayer lo que vimos, para algunos será una confirmación, para otros un descubrimiento, es un sincericidio brutal del modelo de colonia.

Arrancando obviamente por la veneración a Margaret Thatcher, que hay que multiplicarla primero por lo más cínico que es olvidar a los 323 muertos del hundimiento del Belgrano, obviamente ordenado, por Margaret Thatcher para aferrarse a la destrucción de los planes de paz que andaban dando vueltas y fundamentalmente aferrarse a la posibilidad de la victoria en la guerra para poder perdurar. Sobre todo teniendo en cuenta el 1981 que había sido el peor año, tenía una aceptación del 30% y donde había destruido el estado de bienestar que Inglaterra había sostenido después de la Segunda Guerra Mundial.

En el caso de Thatcher, estar venerando todas las ideas que tienen que ver con convertir en los principales enemigos de la economía a los trabajadores, en entender que su poder de compra acelera inflación, todo lo que Milton Friedman depositó tanto en Reagan como en Thatcher, enfatizó Campana.

Después, obviamente, de dejar el modelo de país, él (Milei) dijo alineación, alineación con Estados Unidos y con Israel y después le agregó el mundo libre como si estuviéramos en la década del 60 en plena guerra fría.

Obviamente lo de no relaciones comerciales con Chile y Brasil es un problema para 2 millones de trabajadores y para la República Argentina 25.000  millones de dólares, menos que ingresan por compras de productos ensamblados en nuestro país o materia prima.

Por supuesto, observar a un candidato que por tercera vez, porque es el tercer debate, no puede hablar de industria, no puede hablar de patria y prácticamente no puede pronunciar la palabra democracia.

Ver cómo deshumano intentarán regresar las AFJP, obviamente la dolarización para perder soberanía monetaria y las privatizaciones.

Mintió descaradamente cuando dijo la salud y la educación van a seguir siendo públicas porque inmediatamente a esa pseudo afirmación le agregó que eso será la primera etapa, que después en la segunda sí vamos por la privatización y fundamentalmente yo no puedo terminar de entender cómo en la República Argentina no hay castigo político, social, mediático para un tipo que vuelve a repetir que la justicia social es una estafa y que es imposible que allí donde hay una necesidad hay un derecho.

Ahí, porque él lo mide en términos económicos. Dice, son infinitas las necesidades, no hay plata para cubrir todos esos derechos.

Pero a mí me da la sensación que ahí lo que hay es una, cómo sería, hay un no rotundo para que gobernar sea mejorar la vida de millones de seres humanos.

Esto es lo que uno ve todo el tiempo en su palabra, porque si no, no termina de entender por qué tanta necesidad de poner el acento en que la justicia social es una estafa.

Como que cada peso que la Argentina invierta en su gente es una estafa. Bueno, atrás sobre eso todas las locuras de un pseudo candidato, de un amateur que no conoce la botonera del Estado, que tiene un enorme cantidad de imposibilidades en paralelo para poder ocupar ese lugar.

Lo saben sus propios mandantes. “Este es el gran tema”, porque no es que sus mandantes están desayunándose con el personaje. Saben que es lo que hay. Entonces, no me preocupa tanto él con el trabajo que le encargan sus titiriteros.