En la continuidad del juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva a cabo en Salta el testigo José Luis Garrido sostuvo que su amigo y ex compañero de estudios Miguel Ángel Arra sabía que lo iban a matar, tras la caída del gobierno de Miguel Ragone, en noviembre de 1974.
Garrido contó que Arra dijo: “Yo ya estoy muerto”, cuando supo de la intervención. Y también les contó que estaba actuando como correo de organizaciones políticas pasadas a la clandestinidad.
Arra fue uno de los docentes cesanteados por la intervención civil en la Universidad Nacional de Salta y emigró al Litoral.
En junio de 1975 regresó a buscar sus cosas. Su rastro se pierde el 24 de junio de 1975, en el Parque San Martín. Luego se supo que fue asesinado a tiros en el paraje Pacará, cerca de tierras del Ejército, y luego su cuerpo fue sometido a una explosión.
En 2009 el abogado Carlos Saravia recibió fotografías del hallazgo de los restos de Arra y del ex policía César Carlos “Topo Gigio” Martínez, asesinado el 18 de marzo de 1976.
