La Cámara de Diputados de Mendoza adeclaró al pueblo mapuche como no argentino. La irracionalidad de este racismo obnubila hasta hacer desconocer lo elemental: investigaciones científicas y la Constitución reformada en el ’94 que reconocen la preexistencia étnica de los mapuches. Se trata de un racismo con un sustento material. Quieren “recuperar” territorios que el mes pasado le fueron otorgados a comunidades mapuches.
Si el enemigo interno de la Doctrina de la Seguridad Nacional fue la “subversión apátrida”, grandes propietarios y periodistas del presente le pusieron un nuevo nombre: mapuches. El historiador Ezequiel Adamovsky afirma que éste no es un prejuicio que se puede revertir con un cambio de mentalidad toda vez que tiene un arraigo material en la estructura de clases de la sociedad argentina.
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