El Manchester City podría quedarse sin jugar la Champions League tras la sanción de la UEFA por no cumplir con las reglas del Fair Play Financiero. El club inglés ha apelado al TAS y espera una resolución, pero desde Inglaterra han analizado lo que supondría que la sanción siguiera adelante. Se han puesto en el peor de los casos y han explicado lo que supondría tanto a nivel económico como deportivo, ya que se crearía una espiral de problemas de la que sería muy difícil salir.
En plena crisis habría jugadores que estarían abandonando el club. David Silva ya ha comunicado que cuando su contrato expire en 2020 se marchará y Sergio Agüero podría hacer lo mismo. Y en cuanto a los integrantes de la plantilla actual, todos han ganado todos los títulos posibles a nivel doméstico, por lo que se quedarían sin un nuevo reto. Eso podría hacerles buscar nuevos destinos para competir por la Liga de Campeones y para el club inglés sería muy difícil retener a todos y a la vez buscar sustitutos para los que se vayan.
Retener a sus futbolistas sería complicado, pero atraer a las estrellas sería aún más complicado. No sería sencillo convencer a un jugador de nivel mundial de que firmara por un club que no va a competir en Europa. Además, el City no dispondría de tanto dinero para fichajes, dado que una buena parte de sus ingresos proceden de las ganancias procedentes de la Champions.
El presupuesto del equipo se vería resentido al no obtener beneficios de la Champions League y eso afectaría tanto al capítulo de bajas como al de altas mencionado antes. No tener tanto dinero implica no poder retener o traer a tantos jugadores, lo que se traduce en no poder competir al mismo nivel que los equipos más grandes y en consecuencia tener menos posibilidades de acabar en lo más alto de la clasificación de la Premier League.
Por último, la afición lleva años pidiendo al equipo que consiga de una vez la Champions League, título al que han dado prioridad desde que el club cambió de dueños. No conseguirlo ha hecho que la afición se desespere y haberlo conseguido todo en Inglaterra podría desmotivar a un público que podría dejar de llenar los estadios y generar menos ingresos.

