El presidente Mauricio Macri aseguró que, a diferencia de lo que ocurre en la Argentina, en Brasil "la Justicia avanza en serio" en su lucha "a fondo, de raíz", contra la corrupción, mientras que en el país, la "lentitud" de las investigaciones "hace sentir que la Justicia no avanza como debería".
Así lo expresó en el marco de una conferencia de prensa que ofreció en el club Regatas de la capital correntina, en la que expresó su convicción de que Brasil "saldrá fortalecido de este proceso" de lucha contra la corrupción y que eso "es algo positivo para la Argentina" por ser su "principal socio".
"Brasil encaró a fondo, de raíz, la lucha contra la corrupción, algo que comenzamos en Argentina pero, la lentitud que vemos en la Justicia hace sentir que no avanza como debería", aseveró el mandatario al dialogar este mediodía con la prensa en la capital correntina, adonde se reunió con jubilados en el club Regatas y visitó a una vecina que cumple 104 años.
En ese marco, fue consultado sobre la situación que vive Brasil a raíz del impacto político de las investigaciones en el marco de la causa conocida como Lava Jato, que tiene como eje las revelaciones sobre el pago de sobornos por parte de la constructora Obedrecht, con derivaciones en la Argentina, dado que la compañía aseguró haber pagado en el país coimas por 35 millones de dólares del 2007 al 2014.
"Miro con preocupación lo que pasa en Brasil pero convencido de que saldrá fortalecido", aseveró el mandatario, quien dijo esperar que "estos últimos episodios no afecten la recuperación económica que ya se estaba dando en Brasil" porque eso "repercute" en la Argentina.
De hecho, en este sentido señaló que "la mitad de la caída registrada el año pasado en la Argentina fue producto de la crisis económica de Brasil".
En relación a las revelaciones de Odebrecht sobre el pago de coimas para acceder a obras públicas, el gobierno nacional procura acelerar el acceso a información que resultaría clave para la Justicia a través de negociaciones con la empresa y, paralelamente, con gestiones realizadas por el ministro Germán Garavano esta semana en los Estados Unidos, ante cuya Justicia justamente la compañía constructora aseguró haber pagado 35 millones de dólares en sobornos en Argentina entre el 2007 y el 2014.
Por otra parte, las sospechas de corrupción alcanzan al presidente Michel Temer, quien reemplaza a la destituida Dilma Rousseff.
