FUNDAMENTALES PARA RECONSTRUIR LA MEMORIA DE LOS PUEBLOS Jujuy

Los derechos humanos siempre presente

En el programa el “El verano nuestro” la referente de las organismos de derechos humanos en La Quiaca, la periodista quiaqueña Silvia Martínez relató la historia en tiempos de dictadura y hablo sobre la ley de punto final y obediencia debida: “es importante que vayamos recordando estos temas que por pruritos todavía, por miedo, por vergüenza o tal vez porque lo que nos pasó ya no nos importa, no se toca, no se dice, no se charla y son casi como salvo que sean docentes muy comprometidos con sus propias historias pero sino pasa como un tema más también en las escuelas.

Nosotros tenemos que recordar como para hacer un raconto más preciso, que la ley de punto final fue la primera que dictó el Dr. Raúl Alfonsín en diciembre del 86, por esa ley se paralizaban los procesos judiciales contra quienes estaban imputados penalmente de ser autores responsables de la desaparición forzada por personas en la dictadura.

La complementa a esa ley la de obediencia debida que fue unos meses más tarde, en junio del 87, por lo cual los subordinados quedaban eximidos de los procesos judiciales porque se supone o más bien es una ley dentro de las instituciones militares que subordinados solamente se limita a cumplir órdenes de sus superiores olvidándose o no teniendo en cuenta que muchos subalternos estaban absolutamente trabajando en forma no solo con el disciplinamiento sino también por su cuenta. Porque los robos que existieron, a la gente que tomaban prisionera, a las que secuestraban no eran la determinación del comandante o del jefe y eso está probada en juicios de lesa humanidad en nuestra provincia.

Robaron desde anillos de casamiento de oro hasta títulos de propiedad de casa o terrenos, la radio al famoso Coya Condorí, que era delegado del sindicato de azucareros que murió hace muy poco tiempo, de hace un año o dos, pero que pudo hacer su declaración fue realmente muy impactante porque nos da la visión del poder de esta miseria con lo que se hacía como motín los militares, los policías o los gendarmes de esa época y el poder de la importancia de la radio, porque me dice el Coya cuando se sienta y reconoce a uno de sus captores le dice: ‘devolveme la Spica’. ¡Hasta una radio le robaron!

Esto pasa como casi anecdótico, pero uno debe tomar en cuenta estos detalles y porque los juicios son tan importantes y fíjense de que el juicio a las juntas, el juicio a los comandantes solo se habían juzgado 280 casos, sin embargo, la CONADEP ya había denunciado en su investigación nueve mil casos.

Así que el presidente Alfonsín también se vio como muy presionado porque ante la avalancha de denuncias que empiezan a ver a través de esos juicios que se hicieron a las juntas, entonces surgen estos levantamientos carapintadas, se acuerdan no, yo me imagino que está en la memoria de todos o si no de los padres de quienes son más jóvenes con esto de que cuando sale al balcón en semana santa el presidente Alfonsín y dice, la casa está en orden.

Y creo que son fechas y actos que la historia los va a recordar siempre, pero que conmovieron y buscaban y lograron que esto, que las leyes de punto final y de obediencia debida se hicieran, se aprobaran y fueran parte de ese párate de la justicia durante tantos años hasta el 2003 en donde el presidente Kirchner las anula y la Corte Suprema de Justicia las declara inconstitucionales en 2005 y entonces se retoman los juicios.

De todas maneras siempre la gente, las agrupaciones que existe en nuestra sociedad con distintos pensamientos o con distintos intereses tratan de buscar extremos que no son reales, porque es bueno aclarar hasta el propio Aldo Rico que era el jefe, el guía, el líder de estos levantamientos lo dijo el mismo, que no buscan un golpe militar porque ellos ya sabían lo debilitados que estaban los militares, entonces lo que querían era esta impunidad, ellos buscaban que puedan anunciar que todos estos juicios se paren y lo lograron, pero porque una democracia que comenzaba hace poco que parecía que estaba por el buen camino pero había que consolidarla y entonces había que hacer cosas que a lo mejor yo creo que es porque el alma y el espíritu del presidente Alfonsín no hubiese querido esto de las leyes de punto final y de obediencia debida, porque si hay alguien muy representante de la democracia me parece que el entra en esa gente en ese grupo de gente muy representante de la democracia, pero se vio forzado también po

rque estaba en el medio, estaba la gente que empezaba a denunciar, que se animaba a denunciar y estaban los militares que no querían ser juzgados, así que bueno esto pasó.

Es toda una historia que vale la pena recordarla porque uno de los postulados, uno de las cuestiones que se habían deseado y lo quería hacer no solamente el presidente Alfonsín sino muchos de los que le siguieron, no todos, fue reconciliar la sociedad con la fuerzas armadas cosa que hasta ahora no lo hemos logrado. Entonces se va logrando muy poquitito muy despacio, porque también hubo en el medio gobiernos nacionales que fueron más extremos; en el gobierno de Menen se hizo indulto, en el gobierno de Macri se negó prácticamente toda esta parte de la historia, entonces es muy difícil conciliar a la sociedad con las fuerzas armadas. Las fuerzas armadas no tienen una preparación para vivir en democracia como corresponde, siempre están ejerciendo la fuerza, siempre están ejerciendo el poder que les da tener un arma o tener un uniforme. La sociedad, nosotros como pueblo como parte civil tenemos que buscar que eso pase porque las necesitamos como parte de nuestra sociedad, y son parte de nuestra sociedad, lo que pasa es que tienen otra formación y eso es como se logra como se consigue, es una tarea real de la democracia.”