Ay! Sabor A Ti. UNA NOCHE EN LA TIERRA

Lino Adillon y su cocina del fin del mundo

 

Una Noche en la Tierra

 Ay! Sabor A Ti. Lino Adillon y su cocina del fin del mundo

 Nacido en San Juan, es mucho más que el embajador de la gastronomía fueguina o el cocinero que rompe el molde. Un personaje creativo, apasionado de la pesca deportiva y el cocinero del “cul del mundo”, como suele definirse en broma, que se enamoró de Ushuaia hace cuarenta años, cuando llegó con el deseo de ser un marinero.

Pero el azar lo llevó por otros caminos, hasta que en 1988, sin saber hacer más que “dos hamburguesas, un lomito y pizza” (como nos contó) abrió “Volver”, su restaurante frente al puerto:

“Cuando pasé de ser un bar a un restaurante me puse en contacto con los actores, que son los artesanos, los que cosechan el mar y les pedí que me trajeran todo lo que había ahí adentro. Y me decían: “Principalmente se venden centollas, centollón, chola y mejillón”. Pero yo quería todo. Así fue que me trajeron almejas comunes, blancas, grises o negras, navajas, erizos, sardinas… había tantas cosas dando vueltas que me transformé en un sitio con identidad de mar”.

Pionero en utilizar los productos del canal de Beagle. recolector de algas, salicornias y buscador de la pimienta del canelo, sostiene que su cocina es de cercanía y de intervenir lo menos posible el producto. “Nunca voy a combinar una molleja con un langostino”, es una de sus frases célebres.

Milita por la protección del recurso natural y la preservación de la biodiversidad local, denuncia la pesca no controlada en el llamado agujero azul y lucha contra las salmoneras.

Hasta el próximo lunes 24 de octubre es uno de los anfitriones del II Festival de gastronomía de Ushuaia. Y en noviembre será disertante en el III Congreso Mundial de Ciencia y Cocina de Barcelona.

Para maridar eligió “Los placeres antiguos”, por Charles Aznavour en español

Gracias Lino por compartir esta gran mesa federal de gastronomía y música, por tu ceviche de puta madre, los ostiones gratinados que abren el apetito sexual, y por regalarnos la luna bañándose en el Beagle!