EL ETERNAUTA, SUCESO GLOBAL

Las referencias a Malvinas en la I Temporada

El Eternauta se convirtió en uno de los mayores éxitos cinematográficos argentinos de los últimos años, a través de la plataforma de streaming Netflix.

Basada en la icónica historieta, creada por Héctor Germán Oesterheld, con ilustraciones de Francisco Solano López a fines de los años 50, narra la historia de un grupo de amigos de la zona norte de Buenos Aires que intentan sobrevivir tiempos distópicos provocados por una invasión extraterrestre.
El leiv motiv: nadie se salva solo.

 

A diferencia de la historieta original, el protagonista Juan Salvo es un veterano de Malvinas que combatió en Monte Longdon. Esta fue una de las más cruentas batallas que libraron los soldados argentinos, cuerpo a cuerpo con los ingleses, bajo un frío atroz y en inferioridad de condiciones de pertrechos. Aun así, lograron oponer una resistencia que al día de hoy, el ejército de “su Majestad” destaca.

Un paralelismo sutil entre lo que pasaron quienes peleaban por “su tierra y por su vida” en las Islas frente a un enemigo insondable, poderoso, inesperado. La frase “nadie se salva solo” se volvió en un santo y seña para épocas oscuras.
Así lo explicaron el protagonista, Ricardo Darín, y el director Bruno Stagnaro

 

 

A lo largo de los seis capítulos, el pasado de Salvo como ex combatiente de Malvinas se aparece como sueños y visiones en donde el fragor de las trincheras y el frío, se mezclan con esa realidad que se le impone ante la invasión.

Este eternauta, un continuo viajero entre tiempos que se tocan por la "nieve", el miedo, el enemigo, la muerte, la ayuda en común.

Esta licencia en el guion de la serie, dirigida por Bruno Stagnaro, tiene guiños continuos al imaginario argentino acerca de lo que esta guerra significó: Aviones peruanos que llegan paran frenar la invasión (alusión al único apoyo militar y diplomático que tuvo la Argentina en 1982).

Los ocupas que tienen un cuartel central en el estadio de River Plate, un equipo cuyos goles los ingleses celebraban por la similitud de los colores con su bandera.

Trenes con calcomanías de Malvinas, estampitas de santos, un refugio en Campo de Mayo desde donde salían los vuelos hacia el sur con los soldados niños que lucharon en las Islas.

A lo largo de toda la serie, las personas pelean al frío rodeando tachos con fuego, el principal símbolo de las vigilias por Malvinas que se hicieron en Tierra del Fuego a partir de los ´90.

En la serie, la mayoría de los combates son nocturnos como el de Monte Longdon. Cada vez que Juan ve las luces en el cielo, recuerda las bengalas utilizadas durante la guerra.

Un sapucay profundo (grito de coraje en la batalla) de algún soldado oriundo de provincias como Corrientes o Entre Ríos marca el sello de coraje también en la lucha contra “estos enemigos”.
Para muchos, el broche de oro es el subtitulado al inglés que tiene la serie de seis capítulos.

 

No se habla de Faklands, el nombre dado hasta hoy por el invasor. Se habla de Malvinas, el nombre con el que aún Argentina reclama su soberanía sobre ellas, tal como lo explicó en un texto en sus redes la traductora oficial, Daiana Díaz

 

 

Para Rae,  Silvana Avellaneda