Lanús quiere olvidar
el mal semestre

Después de haber jugado la final de la Copa Libertadores a fines del año pasado, Lanús tuvo un semestre para el olvido. Desde los futbolístico y desde lo institucional. Con cruces públicos de referentes "granates" que se fueron por la ventana, dirigentes y un entrenador, como Ezquiel Carboni, que llegó para pasar la escoba.

Ya sin casi ningún referente en el plantel (se vendió a Iván Marcone y se fue, tras una discusión con el técnico, Román Martínez), Lanús volvió a trabajar con la esperanza de "volver a ser", pero con menos presupuesto y con una dirigencia que pueda tomar las riendas del plantel y el entrenador.
Sin incorporaciones rutilantes llegadas de Europa por millones de dólares, Lanús se las ingenia para incorporar "bueno y en precio".

Por ejemplo se hizo del goleador de Patronato de Entre Ríos, el ascendente uruguayo Sebastián Ribas. Buscó buen pie en el ex Colón, Lucas Mugni. Y trajo a un viejo conocido como el mediapunta Jorge Pereyra Díaz.
Pero Carboni quiere más. Está muy conforme con que las tres primeras incorporaciones hayan llegado justo antes del inicio de los trabajos, pero hay más en carpeta. El entrenador pidió, al menos, un central zurdo y un volante mixto. Que lleguen y sean titulares.

El primer encuentro oficial de Lanús será el martes 17 de julio cuando reciba al Junior de Barranquilla, por la Copa Sudamericana.