MYRIAM LUCERO, MADRE EN LUCHA Mendoza

La voz contra las instituciones para que no se repita la historia de Saulo

Myriam Lucero, la madre de Saulo Rojas, no ha podido ver a los responsables de la muerte de su hijo en el banquillo de los acusados. Sin embargo logró muchísimo: la clausura efectiva y permanente de “San Camilo”, la comunidad terapéutica donde murió Saulo a causa del abandono y las torturas propinadas sistemáticamente contra él y el resto de los internados. Con esto salvó cientos de vidas. Hoy es vocera de esta realidad oculta en instituciones de encierro y trabaja en el armado de la primera agrupación que reunirá a madres de pibes y pibas que presentan consumos problemáticos en Mendoza, una provincia en deuda estructural con la temática.

A siete años de la muerte de Saulo, Myriam brindó su testimonio de lucha en Mañanas de Sol. Una lucha que trasciende su caso personal: al alzar su voz logró expresar la violencia institucional presente en cientos de centros de encierro destinados a la rehabilitación de adicciones en todo el país.

Esuchá el testimonio de Myriam y la historia de Saulo:

Entrevista Penélope Moro

Hoy Myriam es referencia de las madres que atraviesan la situación que ella vivió desde el momento en que Saulo se enfermó. Por estos días trabaja en la formación de la organización “Madres Mendocinas en Alerta Por los Derechos de Nuestros Hijos”.

“El reclamo concreto es que de una vez por todas se encuentren en la provincia los dispositivos necesarios y específicos para el consumo problemático, que nuestros hijos no tengan que salir afuera para recuperarse y volver peor o no volver”, señaló.

Denunció que aún ocurren estos casos de derivación de chicos y chicas fuera de Mendoza, y que han sido rescatados luego de sufrir vejaciones en los supuestos centros de rehabilitación. “El aislamiento, la separación de las familias, la sobremedicación, la distancia no es respuesta. No nos queda otra que salir a gritar nosotras en forma colectiva las necesidades que tienen nuestros hijos y sus derechos, que se saben pero no se respetan”, expresó.