62° Festival Nacional de Folklore Verano 2022

La Segunda Luna de Cosquín por Radio Nacional

 

La apertura de la segunda jornada estuvo a cargo de Los Nocheros, que salieron decididos a hacer emocionar a la plaza, repasando varios de sus temas tantas veces cantados aquí desde hace casi 30 años como Entre la tierra y el cielo o Sin principio ni final.

Acompañados por una banda que sonó muy ajustada, el cuarteto salteño fue “a lo seguro” y se ganó la ovación de una plaza que tampoco pareció querer sorprenderse demasiado.

Destacable lo de Roxana Carabajal, que dejó su huella con las canciones de su tierra y un mensaje a favor del cuidado del ambiente. Además, lució acompañada de una notable banda, con la incorporación de Sebastián Sayes  y percusiones que resaltan el sonido afro como raíz de la chacarera tan identificada con Santiago del Estero.

Retumbo argentino, el trío de Nazareno, Yago y Jesús Saavedra, hijos y continuadores del legado del gran Juan Saavedra, tuvo su momento “sagrado” según lo definió la propia Roxana, quien acompañó a sus invitados en accesorios. “Ahora es el momento de los changuitos y las changuitas”, señaló.

Otro santiagueño, Néstor Garnica, celebró sus 20 años como solista ,  embrujando una vez más a la plaza con el sonido de su violín, se dio el gusto de estar acompañado por su hija Malena, quién exhibió su virtuosismo con el instrumento que tanto identifica a su padre.

Tras la presentación de Millacura Sur,  proyecto de Río Grande (Tierra del Fuego) y ganador del Pre Cosquín en el rubro tema inédito con el destacado Esmeralda, en la voz de Silvana Millacura. Es destacable por ser la primera representante de Tierra del Fuego en la historia del Festival

Una de las noches más santiagueñas de esta edición se completó con Mario Álvarez Quiroga, quien trajo poemas y silencios a veces tan necesarios en medio de tanto estruendo, y la siempre celebrada presencia de Horacio Banegas.

El influyente volvió a presentarse secundado de la potente banda integrada por sus hijos Jana y Mono Banegas junto al baterista Franco Giovos. Una seguidilla de power chacareras se coronó con un “sacha ska” bien agitador y en el merecido bis evocó al espíritu de Jacinto Piedra, que sobrevoló como un cardenal.

Un párrafo aparte para el merecido homenaje para Zulema Alcayaga, la autora de Cosquín empieza a cantar, el himno del festival que suena en cada apertura y que cumple 50 años. La artista pampeana recibió una ovación de la plaza y recordó a su marido Waldo Belloso, compositor de la música del tema que en aquellos años se escuchaba en la voz del gran Hernán Figueroa Reyes.

El cierre, con el siempre efectivo show de Los Tekis, quienes propusieron su versión más festiva desde el comienzo, de la mano de sus ya tradicionales enganchados de carnavalitos, bailecitos y sayas a los que se le pegaron cumbias y sonidos electrónicos.

Vestuario bien llamativo, impactante puesta de luces y pantallas y los clásicos fuegos le dieron ese plus a la presentación, como los Tekis nos tienen acostumbrados.

Un momento curioso: eligieron bajar un cambio y presentar su tema Tierra mía en el que buscan generar conciencia sobre el cuidado de planeta.

Seguí el Festival por la radio o en www.radionacional.com.ar