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La Liga Árabe insta a evitar una escalada en Oriente Medio

Convocada a instancias de Marruecos –que ostenta la presidencia de turno– y la Autoridad Palestina, la Liga Árabe celebró en El Cairo una larga reunión de urgencia de sus ministros de Exteriores tras las que instaron a Israel a detener su agresión a Gaza y «cumplir sus obligaciones en el derecho internacional» ante el temor de una escalada regional del conflicto. “Reafirmamos la importancia de retomar el proceso de paz y de comenzar negociaciones serias entre la Organización para la Liberación de Palestina e Israel”, rezaba la declaración conjunta de la Liga Árabe.

Por su parte, el secretario general de la organización Ahmed Aboul Gheit, hacía hincapié antes del encuentro en la necesidad de parar la guerra en Gaza cuanto antes para que las cosas no se conviertan en algo aún más peligroso y se salgan fuera de control.

La reunión celebrada en la capital egipcia pone a la Liga Árabe, que integran un total de 22 Estados, ante uno de sus momentos más difíciles de los últimos tiempos: consensuar una posición común ante lo ocurrido en Israel y Gaza a partir del 7 de octubre. La otra gran pregunta es si la organización adoptará, de forma colectiva o individual medidas diplomáticas contra Tel Aviv por parte de sus países integrantes.

La Liga Árabe aborda la situación de emergencia en Oriente Medio dividida entre países que, con mayor o menor grado de cooperación, mantienen relaciones diplomáticas con Tel Aviv y los que no reconocen la existencia del Estado de Israel. Entre los primeros se encuentran Marruecos, Bahréin, Emiratos, Jordania y Egipto.

Destacan en este grupo Emiratos y Marruecos, países que se adhirieron en 2020 a los conocidos como Acuerdos de Abraham junto a Israel y Estados Unidos. 

Rabat restableció relaciones diplomáticas con Israel –que había roto en 2000 con motivo de la Segunda Intifada– a cambio del reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara Occidental por parte de EE UU, un respaldo explícito que logró también del primer ministro Benjamin Netanyahu en julio.

La guerra entre Israel y Hamás compromete además las negociaciones entre Arabia Saudí, EE UU e Israel para un acuerdo tripartito merced al cual Riad reconozca al Estado de Israel a cambio de estrechar la cooperación militar y estratégica con Washington. Un acercamiento que desagrada profundamente al régimen de los ayatolás, que comenzó el pasado mes de marzo, a su vez, la normalización de relaciones diplomáticas con la monarquía saudí tras décadas de enfrentamiento.

Una de las grandes incógnitas en estos momentos es la posición que pueda adoptar Egipto, un país aliado de Occidente –El Cairo firmó la paz con Israel en 1979– que puede verse directamente afectado por el previsible éxodo de población palestina en las próximas semanas. Por el momento las autoridades de Egipto mantienen cerrado el paso de Rafah con Gaza.

Fuente: La Razón, España