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La Catedral de Paraná cumple 130 años

La construcción del templo demandó alrededor de 20 años. Fue inaugurada en 1885 y el 4 de febrero de 1942 fue declarada Patrimonio Histórico Nacional.

Cuando se la terminó de construir, la Catedral de Paraná se convirtió en el edificio más alto de la ciudad. El más alto y el más lujoso. No porque no haya habido lujos comparables, sino porque lo había en menor escala. Paraná ya tenía algunas petit mansiones cargadas de mármoles internos y terminaciones de bronces, con vitrales multicolores, pero en ningún otro lado, dentro de la ciudad, se podía hallar todo eso junto y en la magnitud en que sí lo reunía la Catedral.

Este domingo 23 de octubre, la Catedral de Paraná cumple 130 años. Como con cualquier historia, hay distintas fechas que se pueden tomar para la celebración. Para afirmar que hoy el principal templo católico cumple un siglo y tres décadas se toma en cuenta la fecha de un acto religioso y otro práctico, de la vida material: la bendición del predio y el inicio de las obras.

La construcción demandó veinte años. Entre otras cosas porque las obras avanzaban según la disponibilidad de dinero. Hubo fondos públicos y algunos aportes privados que contribuyen a levantar el monumental templo. La Catedral fue inaugurada en 1885 y el 4 de febrero de 1942 fue declarada Patrimonio Histórico Nacional.

El templo blanco, de columnas monumentales y cúpula celeste es el cuarto edificio eclesiástico que ocupa ese predio frente a la Plaza 1º de Mayo, tal como contamos hace un par de semana en una nota. El templo que antecedió a la actual catedral era de trazos sencillos, con tres puertas a su frente y siete ventanales en el interior. La fachada ostentaba dos torres cuadradas que remataban en una especia de cúpula. El interior no tenía grandes decorados y su único ornato lo constituían sus sencillos altares y algunos cuadros, según cuenta Juan José Antonio Segura, en su libro “Historia eclesiástica de Entre Ríos”.