“Hay un escenario que hay que evitar porque es la saga del terror”

Advierte Luci Cavallero, feminista, integrante de “Ni Una Menos”, licenciada en sociología e investigadora de la Universidad de Buenos Aires.

Sostiene que “la salida a esta situación de malestar, de incertidumbre, nunca puede ser con mayor crueldad” y que “el movimiento feminista tiene que tomar la delantera para proponer otra forma de vida y para eso tenemos que transformarlo en un programa político”.

Los movimientos feministas asumen un rol activo en la coyuntura electoral actual y elabora una respuesta clara ante el avance de las derechas radicales. Pone en juego la relación de la defensa de los derechos adquiridos con la perspectiva de ampliación de los mismos: una reacción a la avanzada de las derechas, teniendo como vector las micropolíticas emergentes de los movimientos, politizando “lo hogareño” (mapaternidades, violencias y abusos intrafamiliares, etc.) con destino hacia lo macro.

A unos meses del Primer Paro Internacional Feminista, en 2017, Ni Una Menos lanzó la consigna “¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!”, uniendo la cuestión de las violencias machistas y las violencias económicas convirtiéndola en una clave poderosa del movimiento social.

Aquella consigna, “¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!”, progresivamente fue apropiada por los sindicatos, pero también por trabajadoras despedidas y estudiantes, las colectivas migrantes y las trabajadoras de la economía popular.

Los trabajos de Luci Cavallero abordan el vínculo entre deuda, capital ilegal y violencias y en tal sentido señala que los diagnósticos impulsados desde cada lucha singular contra las violencias, entre ellas la financiera, abrieron un horizonte de investigación sobre lo que significa la desobediencia a la invasión de las finanzas en la vida cotidiana.

Esa dinámica ha modificado, de manera radical, el modo en que se interpreta y confronta los planes de austeridad que, una vez más, el Fondo Monetario Internacional ha impuesto bajo la modalidad de deuda externa.

Los feminismos y sus revoluciones cotidianas han actualizado y señalado los modos en que hoy el capital necesita una violencia específica contra ciertos cuerpos y territorios para efectuar su valorización.

En la actual coyuntura, Cavallero señala que “el Fondo Monetario está gobernando nuestro país y, más alla de las elecciones, está convencido de que tiene que recortar los derechos de las mujeres. Es el que impide que el estado avance con el reconocimiento de las políticas de cuidado. El escenario es de lucha, hay uno en el que puede hacer en un marco democrático y otro que promete abiertamente una represión popular”.