El 14 de junio de 2005, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió declarar inválidas e inconstitucionales las leyes 23.492 y 23.521, conocidas como las de Punto Final y Obediencia Debida. Tras la anulación de estas leyes, que permitían que los crímenes de lesa humanidad quedaran impunes, se lograron más de 226 sentencias y más de 915 personas fueron condenadas. Un hito histórico de las políticas de memoria, verdad y justicia.
“En el gobierno de Néstor Kirchner se hizo todo para que estas leyes sean abolidas y hasta hoy seguimos trabajando con la justicia para que los culpables sean castigados con todo el peso de la ley. Primero era la plaza hoy la plaza es el mundo” manifestó Carlotto.
Consultada por los más de cincuenta juicios de lesa humanidad sin resolver de la Corte Suprema afirmó que “hubo etapas en las que cajoneaban las causas, tenemos 12 equipos técnicos que están trabajando, estamos bregando por la movilización de la justicia y ni hablar del desprestigio de la Corte”.
Respecto a la búsqueda de los nietos en pandemia dijo “nunca hemos dejado de trabajar, los años pasan y los nietos no saben quiénes son, necesitan saber su historia, trabajamos de manera virtual, se hacen reuniones semanales por vía virtual para rendir cuentas de lo que se hizo durante la semana”.
Por último, destacó que “el mejor Presidente fue Néstor Kirchner nos trató realmente con un respeto de hijo, nos acompañó y el que peor nos trató es Mauricio Macri, nos recibió cuando no tenía más remedio, y lo único que hizo fue ofendernos”.
