La organización La Poderosa junto a la diputada Natalia Zaracho del Frente de Todos, presentó en la cámara baja un proyecto de Ley que reconoce el trabajo de las trabajadoras y trabajadores de los comedores comunitarios a través del pago de un salario y otros derechos.
En dúplex con la Televisión Pública, Nacional Informa dialogó con Susana Zaccaro, referente de La Poderosa en Bº Yapeyú para conocer de cerca el alcance del proyecto. “Es tremendo que a esta altura nuestro trabajo todavía no sea reconocido”, sostuvo Susana al recordar el trabajo que llevaron adelante las organizaciones sociales durante la pandemia. “La pandemia nos marcó porque se triplicó la demanda con el plus de que muchas compañeras son mayores o tiene problemas de salud. Aun así los comedores siguieron funcionando y perdimos muchas compañeras”.
El proyecto de ley presentado el lunes 5 de junio contempla que las trabajadoras y trabajadores de comedores comunitarios registrados en el Renacom perciban un ingreso con el piso de un salario mínimo vital y móvil; además prevé licencias por maternidad y paternidad, acceso obra social, ART y vacaciones pagas.
Actualmente hay 135.000 trabajadoras y trabajadores inscriptos que sostienen alrededor de diez millones de personas en las organizaciones de todo el país. Sobre la tarea que llevan adelante diariamente en los comedores con los bajos presupuestos que manejan, Susana sostuvo que “somos magas. Estiramos y estiramos lo que hay, sacamos de donde no tenemos”.
Además apuntó que si bien hay ayuda estatal, “a los comedores de nuestra organización no llega hace diez meses las partidas de alimentos que son secos”. La tarea en un comedor requiere de jornadas de entre 6 y 8 horas según la demanda que haya. Por otro lado, Zaccaro destacó que las organizaciones barriales no se limitan sólo a dar comida, “hay todo tipo de demandas. Casos de violencia de género, personas con consumo problemático. No es sólo hacer una fila con un tupper en la mano”. Ante estas demandas, Susana destacó que las trabajadoras se organizan y cubren una demanda donde el Estado está ausente, “somos trabajadoras esenciales”.
Las trabajadoras y trabajadores de organizaciones comunitarias actualmente no cuentan con un salario formal, algunos perciben un programa social y muchos otros no cobran nada. “A los que critican los planes sociales los invito a acercase a los barrios populares para que vean como trabajamos”, sostuvo Zaccaro.
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