Lic. MARCELINA ROMERO opinión

Estados Unidos sin escalas, "Knockout" Clinton vs Trump

Por Marcelina Romero.
marcelina-romeroLos dos principales candidatos a la presidencia de Estados Unidos tuvieron su último encuentro cara a cara, debatieron durante una hora media en la Universidad de Nevada, Las Vegas, a menos de tres semanas de la cita electoral y con la consigna “no cometer errores”.
Para la gran mayoría de especialistas, de medios de comunicación y la propia opinión pública, el debate entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump tuvo como vencedora a la que podría ser la primera mujer en llegar a la Casa Blanca, si bien coinciden en afirmar que durante los primeros treinta minutos fue el mejor debate del candidato Donald Trump.
Por fin este personaje tan histriónico logró no levantar la voz, no insultar y exponer sus puntos de vista con sus típicas e impactantes frases que podrían utilizarse para lanzar al partido republicano como un producto capaz de enaltecer el espíritu conservador americano, en temas de fondo como el aborto, la inmigración, las armas de fuego.

Luego de una presentación sin saludos ni miradas, los candidatos mantuvieron sus actitudes frías como un témpano. Ambos se mantuvieron en puntos extremos con respecto a los temas que proponía el moderador y periodista Chris Wallace: Rusia, los impuestos, la economía, la política extranjera y sus puntos conflictivos, las armas, la inmigración, la Corte Suprema.
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Al margen, observemos el pésimo momento personal que atraviesa Donald Trump después de divulgarse un video de 2005 en la que el candidato hace alarde sobre sus conducta  “lasciva”, “negativa”, hacia las mujeres, llevando orgulloso el estandarte del machismo en sus palabras, describiendo en términos vulgares y degradantes sus técnicas de seducción.

Vale decir que continúan las denuncias: son nueve mujeres que sostienen que el republicano las atacó sexualmente o tuvo algún gesto de violencia. Anoche, hubo un momento crucial y “paradójico” cuando dijo “Nadie respeta a las mujeres más que yo”. Claro que tuvo sus réplicas en las redes sociales con bromas, enojos, fotos y todo lo que uno puede imaginar.

En este último debate electoral y ante un ranking generoso de ausencia, el candidato presidencial Donald Trump no pudo contener su genio y hacia el final  dejó entrever sus intenciones acerca de si aceptará o no el resultado de las elecciones del 8 de noviembre. Este desliz es el más imperdonable para los estadounidenses. Ante la pregunta de Chris Wallace sobre si aceptaría los resultados de las elecciones el 8 de noviembre, “Te mantendré en suspenso, ok? dijo Trump.  Por supuesto que el comentario explotó en las redes.
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Hasta ahora, ningún candidato había amenazado con poner en duda uno de los principios fundamentales de la política americana: la transparencia de las elecciones. La legitimidad del poder del presidente sucesor después de ganar las elecciones. Indefectiblemente las palabras del candidato republicano buscan romper con la tradición democrática de la que se jactan por años de solidez y transparencia los americanos.

Trump critica a los organizadores de los debates y a los principales medios de prensa de favorecer a su contrincante, la candidata Hillary Clinton. “Veré eso en el momento oportuno. Pero lo que he visto hasta ahora es muy malo" dijo el candidato republicano refiriéndose a la posibilidad de NO aceptar la decisión del voto americano, si aceptara o no la decisión del pueblo estadounidense. La reacción de Hillary Clinton fue rápida y no dudó en exclamar  “Es horrible, está denigrando y rebajando nuestra democracia”.

En un momento como el que estamos transitando, es fundamental que los candidatos usen las palabras con cuidado y, sobre todo, que eviten los comentarios desafortunados que pueden inclinar la balanza hacia el lado opuesto llegado el 8 de noviembre.

Agradecemos así los continuos derrapes de Trump condenando su oportunidad de ganar los votos latinos y de las mujeres, los votos indecisos. Cuando habló de “bad hombres” utilizando la palabra en español para denigrar a los inmigrantes latinos y  llamó a Clinton una “mujer denigrante”; la actitud de Donald Trump subraya, enfatiza y remarca lo que piensa a través de sus palabras. Ahora, la decisión está en los votantes.

La pregunta es: ¿otorga esto una ventaja clara para la demócrata Hillary Clinton? Mi respuesta es: ¡Ojalá!
Desde el país de las maravillas, una latina más.
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