Magazine 12 Corrientes

Entrevista a Raúl Barboza "Embajador Argentino de la Música en Francia"

El programa que se emite en nuestro medio, Magazine 12, tuvo el inmenso placer y honor de entrevistar al talentoso músico Raúl Barboza, denominado por los músicos de nuestro país, como el embajador argentino en Francia. Raúl está radicado en París hace unos años, sin embargo suele venir a nuestro país, y también a nuestra provincia. Estuvo varias veces en Paso de los Libres deleitándonos con su música.

En un rincón de nuestro país, donde la cultura y la música se entrelazan en una danza constante, tuvimos el privilegio de recibir a uno de los exponentes más destacados de la música argentina en el extranjero. Magazine 12, el programa que conecta a los amantes de la música con los talentos más destacados, tuvo el honor de entrevistar a Raúl Barboza, un músico cuyo nombre resuena como un eco de tradición y pasión por la música de nuestro país.

Raúl Barboza, conocido cariñosamente como "el embajador argentino en Francia" por sus compañeros músicos, ha llevado consigo el alma de la música argentina a tierras francesas durante varios años. Aunque su residencia principal se encuentra en París, Raúl nunca ha perdido el vínculo con su tierra natal, y con regularidad regresa a Argentina, y en particular a nuestra provincia, para regalarnos momentos de pura magia musical.

Raúl Barboza es un músico que ha llevado el alma de la música argentina a París, donde reside desde hace años. A pesar de su vida en el extranjero, Raúl sigue conectado con sus raíces y regresa periódicamente a nuestro país y, en particular, a nuestra provincia. Paso de los Libres ha sido testigo de varias de sus actuaciones, deleitándonos con su música y manteniendo viva la pasión por el chamamé.

Durante la entrevista, Raúl compartió sus primeros recuerdos musicales, recordando cómo desde muy joven experimentaba una conexión profunda con la música chamamecera. Su madre le contaba cómo, incluso antes de nacer, respondía al ritmo del chamamé que sonaba en su hogar, moviéndose en el vientre materno al compás de la música.

Nacido en Buenos Aires, de padres correntinos, Raúl Barboza creció inmerso en la música folclórica de la región. Su infancia estuvo marcada por la presencia de músicos destacados como Isaco Abitbol y Damasio Esquivel, quienes ensayaban en casa con su padre. Esta exposición temprana a la música lo moldeó, y desde entonces, su destino estaba claro: sería un músico.

A medida que Raúl crecía, su pasión por la música se fortalecía. Recordó con cariño cómo escuchaba los discos de vinilo de grandes como Coco Marola, Ramón Estigarribia, Ernesto Montiel, y el Cuarteto Santa Ana. Cada nota, cada acordeón, lo influenciaba y lo inspiraba a seguir su propio camino musical.

Uno de los momentos más significativos de la entrevista fue cuando Raúl habló sobre su encuentro con Héctor Sálico, un destacado acordeonista chamamecero. Sálico, conocido como "Yacaré de las selvas correntinas", visitó la casa de Raúl cuando era solo un niño. Este encuentro marcó un hito en su vida y lo inspiró aún más en su búsqueda de la perfección musical.

Raúl Barboza también compartió anécdotas sobre su carrera internacional. Su primer gran viaje lo llevó a la Unión Soviética, donde pasó tres meses tocando música argentina y llevando nuestra cultura a tierras lejanas. Este viaje fue un punto de inflexión en su carrera, ya que tuvo la oportunidad de interactuar con músicos locales y aprender sobre diferentes estilos musicales.

La entrevista también tocó el tema de la humildad en la música. Raúl recordó cómo Ernesto Montiel, un reconocido músico chamamecero, siempre se consideraba a sí mismo como un "chamamecero" y no un maestro, a pesar de su enorme talento. Esta humildad y amor por la música son cualidades que Raúl valora profundamente y que ha heredado de sus maestros.

Barboza fue un viaje a través de su vida y su música. Un músico que ha llevado la esencia del chamamé argentino a París y al mundo entero, pero que nunca olvida sus raíces. Su historia es un testimonio de la pasión, la dedicación y la humildad que caracterizan a los grandes artistas. Agradecemos a Raúl por compartir su música y su historia con nosotros, recordándonos la belleza y la riqueza de nuestra cultura musical.

Yo le diré con sinceridad que yo no me considero un embajador, simplemente un viajero, un músico, hijo de curuzucuateños, que se conocieron en Bs. As. Nunca se habían visto en la ciudad de Curuzú, pero si se conocieron en el barrio de La Boca. Un lugar donde la gente del litoral llegaba a esos lugares que esa música por haberla oído sin estar aún consciente porque yo aún no había nacido desde el vientre de su madre ya era parte de nuestra música de  nuestra expresión yo puedo decir que sí eso es cierto es así así no más y así yo fui escuchando músicos porque mi padre compraba los discos esos de  revoluciones los que se caían si se caían al piso rompían era lo que yo escuchaba y cuando yo era muy chico todavía, comentó Barboza.

Y así yo fui escuchando un chamamé muy melódico muy agradable muy digamos simple en sus estructuras pero muy muy bien tocado escuchaba Cocomarola hasta que lo conocí personalmente yo tenía unos 20 años cuando conocía Cocomarola, lo conocía a Isaco,  también cuando tenía unos   años también en buenos aires, y a Montiel, mi papá me llevó a ver mi papá me llevó a conocer el cuarteto Santa Ana en un salón de bailes que se llamaba salón teatro José Verdi que, era un salón italiano donde se los en alguna época venían los cantantes de ópera y se hacían óperas en ese lugar donde luego jueves sábado y domingo yo iba a tocar con el conjunto que Damasio Esquivel había formado y en el que yo, era la accionista mi papá acompañante guitarrista y Martín Torres un enorme joven .

Bueno yo comencé a tocar esta música porque era lo que yo conocía la que yo escuché en primera instancia, cuando tenía 9 o 10 años,  y yo elegía los músicos que más me gustaban, pero de cierta manera de manejar los instrumentos, y si me atraían lo que tocaban el bandoneón o acordeón.

Los que más me atrajeron en esa época eran, Cocomarola, como melodista, el Cuarteto Santa Ana, por la disciplina, casi de músicos clásicos, y el otro era Isaco Abisbol, que él tocaba de una manera muy diferente de los que tocaban los otros músicos, y no solo dicho por mí, sino por músicos que no tenían nada que ver con el chamamé, como Astor Piazzola.

Tal es así, que un día me dijo Raulito, voy a tener que tocar de otra forma el bandoneón, porque mi música, dicen que mi forma de tocar no es para bailar, entonces voy a tener que empezar a tocar mal el bandoneón, para que la gente me escuche, me dijo eso Isaco, con tristeza, y ahora lo pienso y también me da tristeza, comentó Raúl.

Cuando fui a ver a Federico Mayuli, junto al trío que componen, fui porque un enorme contrabajista, que toca conmigo acá (en Francia), este francés y que fue a estudiar tangos a Buenos Aires, y es para mí el mejor contrabajista que yo escuché en mi vida tocando tangos, porque toca como si fuera una guitarra es impresionante la ductilidad que tiene este joven que toca el contrabajo y me habló de esto trio,  me dice yo los escuché Raúl, tocan muy bien, son muy afinados, son muy afiatados, entonces, le digo yo voy a ir claro que voy a ir ustedes me lo piden si, dice se va a ser en un lugar, muy modesto este ahí está preparado un escenario, y hay gente haya mucha gente que va a ir a escucharlos, dice pero si vos podés venir mira no hablamos más dame la dirección yo me tomo un taxi y me voy.

Y así fue que aparecí por ahí, y mientras yo iba entrando escuchaba la música que ellos estaban tocando y realmente me pareció algo raro; sabe por qué digo con todo respeto porque no estaban este tocando un chamamé que solamente se toca en los bailes, en corrientes. Ese chamamé rítmico totalmente rítmico era un chamamé melódico, una un chamamé que se escuchaba más,  como entre y Isaco y Cocomarola y con la disciplina de Ernesto Montiel por eso me pareció raro, porque yo pensé que iba a encontrar un grupo de músicos con otro enfoque del chamamé y me agradó mucho por eso después hicimos un programa de radio todos juntos también porque yo quería que ellos supieran que yo estaba bien bien contento de escucharlos y de que se hayan largado a hacer el recorrido del mundo como lo hice yo cuando tenía 30 años.