Durante la guerra, el aficionado de las comunicaciones Omar Ángel López Cabañas, apodado "Lito", vecino de la localidad bonaerense de Claromecó, utilizó la altura del faro para escuchar e interferir los contactos radiales de la flota británica.

En comunicación con Hoja de ruta, Hugo Cortés, amigo del ya fallecido Cabañas e integrante de la Comisión del Museo Regional Aníbal Paz, describió que la actividad tuvo dos etapas: una cuando montó la antena en lo alto del faro y pudo escuchar y generar algunos comunicados falsos a la flota enemiga, y la segunda, cuando traslada los equipos a su casa. Las interferencias se realizaban en momentos de mucha actividad de los invasores mediante una “portadora”, es decir, un ruido en la frecuencia que les imposibilitaba hacer contacto entre los buques. Para entonces, en tiempo récord le instalaron en su casa una línea telefónica directa con la base naval Puerto Belgrano para transmitir la información que podía captar. La historia de Lito y sus pocos colaboradores quedó en el más absoluto secreto hasta que hace unos años se dieron a conocer algunos detalles a un periodista. En esta entrevista Cortés cuenta la historia dejando de lado las exageraciones que circulan en otras versiones, que no se ajustan del todo a la realidad.

Hoja de ruta| Equipo: Andrea Miranda, Elena Yrrazabal  y Juan Manuel González| Operación: Luis Villegas| Imagen W.A. |