EDITORIAL ENTRE RÍOS

El precio de los alimentos, otra vez

Desde la Secretaría de Comercio Interior de la Nación dejaron trascender que se preparan cambios en la canasta de Precios Cuidados, que actualmente incluye más de 1200 productos. Se habla de incorporar productos navideños y de crear una canasta de alimentos frescos. Todo esto se deberá trabajar en forma interministerial, se anunció. Significa que deberán ponerse de acuerdo Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, con quien en los papeles es su dependiente, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti; además de Julián Domínguez, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Mientras tanto, se afirma que hay un cumplimiento del 90 por ciento en precios y del 80 por ciento en abastecimiento de los productos incluidos en el plan actual. Personalmente, en supermercados de Paraná, he observado vacíos importantes en las góndolas, en productos de Precios Cuidados. A riesgo de que me carguen mis compañeros por contar que en mi casa lavo los platos (cosa que también hace Belotti, pero no escribe editoriales para admitirlo), también noté que el detergente no hacía espuma. Miré la etiqueta y decía: “Nueva fórmula” ¿Otra avivada? No lo sé.

El producto más complicado para el abastecimiento parece ser el aceite de girasol, que sólo estaría abasteciéndose en un 55 por ciento. Este producto en particular está regulado por la constitución de un fideicomiso, con un porcentaje del precio de las exportaciones destinado a compensar a los productores por la diferencia entre el precio de exportación y el menor precio que perciben por abastecer el mercado interno. Todo bien mientras funciona, pero por lo visto exige auditoría permanente del Estado. Tema difícil.

El programa tiene fecha de vencimiento el 7 de enero y se habla de alcanzar, en una etapa posterior, una actualización de precios vinculada a la evolución de los salarios. También se pretende armar, como sucede actualmente con los productos secos, una canasta de productos frescos.

Tema carne. Se quiere llevar el consumo a 115 kilos anuales de carne por habitante, de los cuales 55 serían de carne vacuna, 40 de pollo, 10 de cerdo, y 5 de pescado. Complicado con estos precios, lo primero que viene a la cabeza. Y aquí parece estar el nudo de la cuestión. Según Florencia Barragán, del diario Ámbito Financiero, el Gobierno conformó una mesa chica para seguir los precios, ante la premisa de que fue la pérdida del poder adquisitivo uno de los padres de la derrota electoral. La mesa está conformada por los funcionarios mencionados. Los tres coinciden en que en el 2022 continuarán en alza los precios internacionales de los llamados commodities (es decir, las materias primas) lo que tendrá un fuerte impacto en el bolsillo. Pero, las diferencias pasan por qué medidas tomar. Hoy el consumo de carne está en los niveles más bajos de la década: 47 kilos per cápita. Luego de cuatro meses con precios estables en la carne, después de haber aplicado un cupo a las exportaciones, la carne trepó 15% en las carnicerías y 8% en los supermercados, en la semana posterior a las elecciones. Y las diferencias entre Feletti y Kulfas tomaron estado público. El motivo: subir o no las retenciones a la exportación de carne. Domínguez, por su parte, le aseguró a la Mesa de Enlace -las patronales del campo- que no se van a cambiar las retenciones. ¿Y entonces?

Bueno, la propuesta de coyuntura es ampliar la oferta de los cortes populares que se venden en los supermercados, y asegurar para mediados de diciembre 20 mil toneladas en el mercado interno, de cara a las fiestas, para cortes parrilleros.

Feletti quiere llevar las retenciones de carne del 9% al 12% y dejar un cupo de exportación del 20%, que podría derivar en un aumento de la oferta en el mercado interno, en conjunto con créditos para subsidiar la producción. Sostiene que las retenciones son nominalmente más bajas que en 2015, con precios internacionales más altos. El plan de Feletti es incompatible con el de Agricultura, es decir con el de Domínguez, que busca llevar las exportaciones al millón de toneladas, y tener un coeficiente de entre el 25 y el 30 por ciento de exportaciones sobre lo producido. En paralelo, hay carnicerías del conurbano bonaerense que solo venden pollo o cerdo. Una parte de la coalición de gobierno considera que, de no tomarse medidas, podría derivar en una crisis alimentaria, advierte la nota de Ámbito. Esperemos, entonces, que se tomen medidas.

Editorial de José Luis Ferrando, licenciado en Comunicación Social, periodista de LT14 Radio Nacional Paraná.