Por Daniel Corujo

La imagen del 27 de noviembre del 2016 cuando Federico Delbonis quedó, tirado en el piso, abajo de la montaña humana que formaron sus compañero de Copa Davis será irrepetible.

Para él y para los fanas del tenis, claro.

Hoy está apareciendo un “nuevo” momento para Fede. Más allá de su derrota en los cuartos de final del M1000 de Roma (el gigantón Opelka le ganó 7-6 y 7-5, además de meterle 20 aces), Delbonis tuvo un “refresh” con el cambio de entrenador: Mariano Hood por Gustavo Tavernini, quien lo entrenó desde menores.

“Entrenamos mucho una semana antes de Madrid. Hicimos una puesta a punto. Con Fede nos conocíamos bastante de haber compartido la Copa Davis cuando era el subcapitán, aunque siempre es diferente el día a día”, señaló Hood en diálogo con Nacional.

Alguna vez, hablando con el propio tenista, señaló que después de ganar la Davis esperaba un salto de calidad en su juego y en su ranking pero “no se dio”, dijo sin ahondar en explicaciones.

Con respecto al juego de Delbonis, ahora es más agresivo desde todos los sectores de la cancha, mejoró mucho su saque (es alto y aún, despegandose algo más del piso, lo puede mejorar más), está firme con su drive, manda en el juego, toma la iniciativa.

“Busco que empiece a generar espacios para ir a la red a cerrar más puntos adelante. La clave es fortalecer el trabajo diario” dice Hood.

En este “nuevo” momento Delbonis salió de su “ranking de confort”, que era 75/85, y se metió de nuevo entre los Top-50 algo que no sucedía desde marzo del 2017.

Tiene 30 años, una familia con dos hijos por detrás, está en el estado de madurez justo para volver a darse la chance que se está dando.