DR. ABEL ALBINO Mendoza

"El niño necesita un traguito de leche y un beso"

El presidente de CONIN doctor Abel Albino señaló por Nacional San Rafael que "El 42% de los niños y adolescentes viven en casas sin cloacas ni acceso a la red de agua corriente. Entre los 0 y los 5 años aumenta el riesgo de desnutrición crónica".

Comentó que "por primera vez nos ha convocado un presidente de la República, Mauricio Macri. Y por primera vez hemos firmado un convenio con la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, que posibilitará la apertura de 10 centros de prevención y tres de recuperación para casos severos de desnutrición. Creo que estamos en una instancia interesante, pero tenemos que insistir en que esa línea se mantenga en el tiempo para que sea exitosa".

"Si nos acompaña el Gobierno y pone cloacas, no hay parásitos; y si tenemos agua corriente, no hay gastroenterocolitis; y si tenemos agua caliente y luz eléctrica, mejora la higiene. Y si el Gobierno nos permite hacer que cada niño reciba desde el momento de su nacimiento en adelante una caja de leche por mes, y cada mujer embarazada y nodriza cuente con cuatro cajas de leche por mes, salimos como una flecha. Si preservamos el cerebro, luego educamos, y simultáneamente se mejora la infraestructura del hogar, seremos potencia en 20 años, lo firmo y le pongo el sello.

"La desnutrición también es afectiva, yo sostengo que no solo de pan vive el hombre. El niño necesita un traguito de leche y un beso. Si yo no lo beso, no le acaricio el cachete, no le canto El payaso Plim Plim, no estimulo su imaginación y no exacerbo su curiosidad, no lo engancho con la vida. Ahora, si le hago hacer tortitas, le narro el cuentito de Juan Grillo, el adivino, se enloquece de contento. El niño necesita como el aire el estímulo amoroso y frecuente. Por eso necesitamos a la familia. Por eso en Conin estimulamos a las familias, que deben ser tratadas como un Patrimonio de la Humanidad".

"Cuando los niños se crían en un ambiente hostil, chato, sin colores, sin música, sin alegría, con figuras paternas o maternas desdibujadas o ausentes, no alcanzan a desplegar su potencial genético, porque ese ambiente no les permite cablear el cerebro, algo que sucede fundamentalmente en el primer año de vida. En ese primer año, el cráneo tiene 35 centímetros y crece un centímetro por mes, hasta alcanzar 47 centímetros al año. Ese crecimiento no se repite jamás, es ahí o nunca. Al año y medio se cierra la fontanela anterior y el cráneo es una unidad sellada. Cuando un funcionario dice “la damos leche a partir de los cinco años”, ya es tarde".

"En Chile hubo voluntad política, se encolumnó la gente detrás de esta idea de alimentar y cuidar a la primera infancia. Al profesor Mönckeberg se lo respetó desde la época de Salvador Allende hasta hoy, fue una política de estado de hecho. Él se dio cuenta de que el problema de Chile, y de América Latina, es el recurso humano dañado por la miseria, la pobreza y la injusticia. Un país se hace con miles de niños leyendo. Pero para leer y escribir hace falta tener un cerebro sano. Por buena que sea la semilla de la educación, la pregunta es: ¿dónde la siembro? Mejor en un cerebro intacto, que es el que ha sido bien alimentado y bien estimulado. Tenemos que insistir en que esto sea una política de Estado".