Patricia Chaina, periodista especializada en tema agropecuarios, dio detalles de este desarrollo que será utilizado exclusivamente en el control de insectos vectores del dengue, chikungunya y zika en la provincia de Salta. Se trata de la producción asociada y distribución intraprovincial de biocontroladores para la cual investigadores del INTA provincial, el Ministerio de Salud Pública salteño y la Universidad Nacional de Salta constituyeron un Convenio de Cooperación Técnica. Cabe destacar que el biolarvicida se fumiga sobre los cuerpos de agua donde crece la larva del mosquito.
Los biocontroladores son organismos vivos (hongos, bacterias, virus) capaces de repeler, matar o inhibir el desarrollo de insectos, ácaros, gasterópodos, nematodos y patógenos.
La estrategia de utilizarlos para controlar enfermedades como el dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla se debe a que reduce costos, aumenta la eficiencia y no tiene impacto ambiental.
En el marco de este convenio, el INTA aportó su conocimiento sobre cepas de Bacillus thuringiensis var israelensis (BTi) y se realizó la transferencia de las mismas desde el Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA Castelar (IMyZA) al INTA Salta.
A partir del trabajo realizado por el Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola, que produjo un biolarvicida destinado al control del mosquito transmisor del dengue, el responsable del Laboratorio de Insumos Bacterianos e investigador del INTA, Diego Sauka, aseguró que es posible “avanzar en la transferencia para el desarrollo con éxito de una formulación líquida”.
“Contar con una cepa de efectividad probada le permitió al personal científico-técnico del Convenio avanzar rápidamente en los objetivos planteados”, precisó Mercado Cárdenas.
Y agregó: “en los primeros años se logró la optimización de protocolo de producción de biomasa (PB) a través de un medio de cultivo con materia prima económica y fácilmente disponible”.
Por otro lado, la periodista aportó información del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que da cuenta de un incremento del 1,6 % del rodeo bovino, que alcanzó 54.242.595 cabezas en 2022.
El informe publicado por la Subsecretaría de Ganadería y Producción Animal destaca que el stock terneros/as se ubica en 15.129.000 cabezas, lo que representa un del 4,6% respecto al año anterior, logrando el máximo récord histórico, al menos desde el 2002, año desde el que se tienen registros comparables.
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