COLUMNA DE OPINIÓN

ARA San Juan: el inmenso poder de la solidaridad

Sabido es que una docena de naciones participan en la búsqueda del Submarino ARA San Juan. No bien trascendió la noticia de la desaparición, Chile, Brasil, Uruguay, Perú, Colombia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Noruega, Italia, Alemania y Rusia se pusieron a disposición de Argentina y, cuando la ayuda fue oficialmente aceptada, enviaron hombres, aeronaves, buques y demás.

 

Que no hayan más naciones colaborando no significa que no estén predispuestas; frente a situaciones de ésta naturaleza sienten lo mismo, por ende la intención es idéntica, aunque, en lo operativo, no se trata de sumar (porque se puede terminar amontonando) y saben que lo necesario ya está.

 

Hace trece días que los argentinos vivimos una crisis moral y gestos de tal naturaleza nos ayudan a sobrellevarla. En la historia de la humanidad hay más hechos causales que casuales por lo que debemos estar cosechando lo que en su momento sembramos; también nosotros fuimos solidarios, por caso, cuando la Segunda Guerra Mundial devastaba a las naciones europeas con su azote de destrucción y hambre (¿Recuerdan lo del Granero del Mundo, verdad?). Asimismo, al acoger a los sobrevivientes de buena voluntad que, escapando del horror, quisieron venir a vivir en nuestra tierra y echaron raíces aquí.

 

Debiéramos recoger y entender la lección que deja esta desgraciada circunstancia y practicar a diario la solidaridad; siempre hay alguien (no solo familiar o amigo) que necesita de una mano tendida. Dicen que reconforta hacer el bien. Es verdad. Y, además, es saludable: cura mezquindades domésticas.

 

Ser solidarios potencia otros valores humanos como la amistad, el compañerismo, la lealtad y el honor dejando de lado ideologías e intereses por más históricos que sean. Como será que hasta caminan juntos por las calles de Comodoro Rivadavia soldados estadounidenses y rusos...