Roberto Schmidt heredó de su padre, Federico, el comercio más antiguo de Crespo, que comenzó a funcionar hace más de 80 años bajo el rubro de ramos generales. En sus inicios se llamaba “Ferretería Alemana”. Don Roberto contó que guarda como tesoros facturas de 1939, anteriores a su nacimiento e incluso conserva una factura de la venta de una bigornia, vendida a un vecino de apellido Hess. A modo de anécdota, mencionó que hubo una época en que era común el fiado y relató que la gente del campo llegaba en sulky a hacer sus compras.
