CULTURA SANTA CRUZ

El cine viene marchando

El gobierno macrista negó en su gestión los fondos. En la provincia, algunos sectores partidarios ven una inversión desmesurada y superflua. Sola, la voluntad política del Municipio de Calafate, con el apoyo ahora, del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (INCAA), está a punto de transformar una antigua demanda social en un espacio público, recreativo y cultural.
En pocos días más se inaugura con peculios municipales un edificio que albergará el Cine en Calafate. La máquina, un sofisticado proyector para películas en 2D y 3D, echará a rodar imágenes, sonidos, relatos visuales y la luz, encenderá sobre una moderna pantalla fantasías, sueños y realidades en los espectadores como en los tiempos de los hermanos Lumiére.
Seguramente habrá películas “pochocheras”, de esas que se exhiben y consumen con rapidez en los shoppings, pero también films de producciones independientes que nos ayudaran a reflexionar, a cuestionar y a descubrir a través del cine nuevas miradas sobre los temas universales de la humanidad.

En un tiempo donde la cultura suele ocupar el último escalón de los presupuestos, la puesta en marcha de una sala cinematográfica supera el marco del conformismo y la excusa inmovilizadora de “la pandemia”. Más que un hecho cultural y/o comercial de entretenimiento comunitario, es un hecho político.
Una sociedad con acceso al arte mejora su calidad de vida. Una sala cinematográfica, también puede impulsar el turismo cultural. Calafate puede ser a partir de ahora sede de festivales nacionales o internacionales de cine. (Foto: Río Gallegos. Cine teatro Carrera. Fotógrafo: Guerico Huerta)

Aunque Río Gallegos, sea la única capital de todas las provincias argentinas que no tiene una sala cinematográfica de jerarquía, existe una larga y rica experiencia en Santa Cruz.
El biógrafo pionero se proyectaba en bares, cafés y casas “alegres” para hombres solos, hasta que, en la segunda década del siglo XX, comienzan a construirse por iniciativa de asociaciones mutualistas de colectividades de inmigrantes y empresarios intrépidos, salas de teatro y cine para toda la familia. Los cinematógrafos que marcaron la infancia y la adolescencia de diversas generaciones de riogalleguenses fueron entre otros: “El Selec”, el emblemático “Cine Teatro Colon” y el “Cine Carrera”, con su popular y distinguida confitería.

Todos los pueblos costeros tuvieron sus salas de espectáculos: Pto. Deseado (Cine “Español” que funcionaba en la Sociedad Española de Socorros Mutuos y el Cine - confitería “Colon”).
Pto. San Julián (El Cine Teatro Talía de don Fernando Sánchez. Su nombre Talía, alude a la musa griega de las artes); Pto. Santa Cruz (Dos cines: “El América” y “El Perfec”). En el paraje de Paso Ibáñez, sobre la margen norte del Río Santa Cruz – partir de 1933 Cte. Luis Piedra Buena -, el primer cine sonoro se llamó “Salón Selec”, habilitado en ocasiones como pista de patinaje sobre ruedas.

Foto: Río Gallegos. El emblemático Cine Colon. Soc. Socorros Mutuos Española. Sin datos del autor.

En los pequeños centros urbanos de la meseta santacruceña y precordilleranos, también encontramos los primeros pasos del cinematógrafo en improvisadas salas de proyección, pantallas inestables de sabanas o telas de lienzo blanco, sillas de cantinas y bancos de cocina convertidas en butacas de cine.
En Colonia Las Heras, (“El Cine Colon”, que funcionaba anexo al Bar la Armonía, de Liasides & Conz), en este caserío de muy escaza población hubo un cine mudo, “el biógrafo de Simón San Juan”.

En Cañadón León, hoy localidad de Gobernador Gregores, fue famoso entre la paisanada, el Cine, Teatro y Bar del vasco “Barrenechea”. En Pico Truncado, la sala actual lleva el nombre de “Cine Teatro Lázaro Urdin”, en homenaje a un pionero difusor del séptimo arte. En Lago Argentino, nominación original del pueblo rural de Calafate, operó el cine de Parques Nacionales, “Teniente Coronel Irusta” que funcionaba en un galpón de la Cooperativa Ganadera.

Foto: Hotel y Bar Español de Puerto Deseado.

Estas salas cinematográficas sirvieron de tablado para la actuación de compañías itinerantes de zarzuelas y de escenarios a orquestas de tango, conjuntos folclóricos, cantantes de óperas, boleros y a avezados músicos del Swing. Además, de espacios múltiples: bailes de carnavales, celebración de fechas patrias, aniversarios locales, festejos deportivos, casamientos, ritos funerarios y mítines políticos. El espectáculo de la vida social de los pueblos estuvo contenido junto al entretenimiento cultural del cine y el teatro. Lo cierto que es que todas las ciudades y pueblos de Santa Cruz tuvieron su cinematógrafo, algunas comunidades, décadas más tarde que las señaladas en esta pequeña e incompleta síntesis.
Tomando como referencia el libro “CAZADORES DE IMÁGENES, la fotografía antigua como documento social de Lago Argentino”, vamos a recordar dos testimonios de vida, referidas a las imágenes sonoras que precedieron al cine que el viernes 8 de julio, estrena la comunidad de El Calafate.

Foto: Cine Talía de Puerto San Julián

Cine Teniente Coronel Irusta.
“Un amigo mío, Juan Figueroa se había puesto práctico en manejar un proyector que daba las películas en actos, cada tanto se paraba la proyección y cambiaba los rollos de cinta. Dos veces por semana había función o cuando llegaba la mensajería con las películas de Río Gallegos. En un galpón de la rural funcionaba el cine de Parques Nacionales. La gente se traía un banco para sentarse, frazadas porque no había calefacción, el termo, mate y algo para comer. Cuando había días de lluvias o de mucho frío, andaba el camión de Parques con Cecilio Freile de chofer buscando la gente para que pueda venir, dado que caminando nos embarrábamos todo. Entonces el camión que era un volcador pasaba como un colectivo a buscar a los vecinos. La gente contenta de ver películas.”

Angel Enrique Faggiolani.
Vice-presidente en 1946 de la Primera Comisión de Fomento de Lago Argentino.

Cartel.
Había función cuando llegaban las películas… no se sabía bien el día, pero la noticia corría. Un cartel en el puente y otro en la panadería anunciaba: “Hoy Cine”.
Mario Echeverría Baleta.
Escritor, autor de varios libros sobre mitos y leyendas patagónicas, vivió su infancia en Calafate.

El cinema ha superado su primera muerte, anunciada cuando apareció la televisión y en estas primeras décadas del siglo XXI, a los profetas del futuro díscopico que aseguran su definitiva extinción como si se tratase del último dinosaurio de la tierra.
Sin embargo, el cine se ha adaptado a los nuevos soportes tecnológicos de la era digital. Ha modificado las modalidades de producción, uso, consumo y gracias a internet llega a todos los espacios/ tiempo de la actividad recreativa individual de las personas. Pero nadie podrá discutir que acompañados es más lindo ver películas en una sala de cine, aunque se escuche con molestia el ruido de los comensales de pochoclo.

Osvaldo Mondelo –Periodista Diplomado-

Artículo publicado en https://cruelenelcartel.com.ar/

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