ACUERDO CON BONISTAS

Economía y Pandemia en la óptica de Benito Aramayo

El Lic. Benito Carlos Aramayo, Economista en diálogo con Radio Nacional, analizó la realidad económica luego de que Argentina lograra un acuerdo con bonistas sobre el pago d bonos, no sin atender las consecuencias que hasta aquí tuvo en la economía la cuarentena.
La actividad económica en cuarentena asistió a una caída de proporciones siderales, intensificando el derrotero bajista que había comenzado a mostrar hacia fines de marzo. Diversos datos disponibles reflejan este desplome inédito, pero no sorpresivo, dado el párate (total o parcial según el sector) que impuso la cuarentena, agudizando al extremo la situación recesiva que ya atravesaba la economía argentina.
En lo que respecta a la industria, algunas de las excepciones están dadas por ramas de la producción de alimentos. Con estos datos lo primero es lograr volver a la producción y el conjunto de la actividad económica según lo vaya permitiendo la lucha contra la pandemia, en este sentido hay que decir que el Gobierno nacional y el provincial actúan correctamente dando prioridad a las medidas sanitarias y quienes contraponen ambas cuestiones cometen un grave error.
Preservar la mayor cantidad de vidas es prioritario y la producción y el comercio tienen que estar en función de preservar las vidas.
El Gobierno está destinando recursos muy importantes para evitar una caída mayor del consumo.
Sobre el acuerdo por la deuda, primero hay que saber que el Gobierno comete el mismo error que viene cometiéndose por lo menos desde el año 2005, cuando se comenzaron las negociaciones del canje de la deuda que había sido declarada en default por el breve gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, decisión que valoro como correcta en función de los intereses nacionales.
En esa ocasión antes de negociar el canje el Congreso de la Nación tendría que haber investigado el origen y la legitimidad de la deuda y una vez hecho esto recién separar lo legítimo de lo ilegítimo y pagar lo que se haya probado como legítimo en los plazos posibles. Había mucha deuda ilegítima, como por ejemplo la deuda externa de privados que se estatizó la dictadura, o la que teníamos con el llamado Club de París. Hay mucho para investigar de la deuda contraída por MAURICIO MACRI, que tomó deuda para que algunos bancos y monopolios saquen divisas del país que provenían de los desembolsos del Fondo Monetario Internacional.
El default de fines del año 2001 le permitió al país no pagar durante cinco años ni un dólar y todos los recursos genuinos de divisas provenientes del saldo positivo del comercio exterior se lo usó para una política de recuperación de la industria nacional, de promoción de las exportaciones, recuperación del salario real de los trabajadores, aumento del consumo y de la inversión de capitales en la economía interna. Así que dada la experiencia no hay por qué poner el grito en el cielo porque vayamos al default, en todo caso que lo hagan los liberales que piensan siempre en el respeto de la sacrosanta deuda externa, que como dijera un gran patriota como fue Alejando Olmos es una "deuda eterna" que la investigó y con un fallo judicial propuso que lo trate el Congreso de la Nación, cosa que nunca se hizo.