Entrevista a Diego Corvalán

Consumos culturales en la era digital: qué se comparte y debate en redes

En un contexto donde el uso de Internet y las redes sociales está plenamente integrado en la vida cotidiana de los argentinos, los consumos culturales —desde la música hasta los libros y las plataformas de streaming— no solo revelan preferencias de entretenimiento, sino también cómo se configura la conversación pública en medios digitales.

Diego Corvalán, director de Monitor Digital, dialogó con Ramos generales y explicó que, si bien los hábitos de consumo cultural siguen mostrando la presencia de expresiones tradicionales como la música, la lectura y el cine, las plataformas digitales dominan la conversación ciudadana y modelan la forma en que esos temas se comparten y debaten.

"Los consumos culturales clásicos siguen resistiendo, pero le pelean mucho a formatos culturales que son relativamente nuevos, como los streaming y los podcast", expresó.

Los informes sobre uso de redes señalan que una mayoría de los argentinos navega diariamente por plataformas sociales y portales digitales, dedicando buena parte de su tiempo de conexión al acceso de música, series y películas por medio de servicios de streaming. Un estudio reciente indica que el 77 % de los usuarios se conecta a Internet para resolver dudas, informarse y entretenerse, con un alto porcentaje que accede a discografías y contenido audiovisual a través de dispositivos móviles.

El consumo musical sigue siendo uno de los pilares de la cultura digital: datos de plataformas de streaming indican que géneros como el rock argentino mantienen una audiencia sólida entre jóvenes, con tendencias que incluso desafían la narrativa de que estilos tradicionales han perdido vigencia.

Además, la amplia adopción de servicios como YouTube, Spotify y otras aplicaciones de audio y video pone de relieve la centralidad del contenido musical digital en la vida cultural.

Por otro lado, las redes sociales también son espacios activos de conversación sobre lectura y libros, donde tanto formatos tradicionales como debates sobre obras y autores se entrelazan con recomendaciones digitales. Según encuestas, alrededor de la mitad de los argentinos ha leído al menos un libro en el último año, con lectura en formato impreso y digital coexistiendo.