Hace cien años, a los 59, fallece un 1 de julio de 1925 en París, Erik Satie, un compositor iconoclasta, creativo, vanguardista y, posiblemente, uno de los músicos más difíciles de encasillar de la historia de la música. Escuchemos entonces su celebérrima Gymnopédie Nº 1 por Khatia Buniatishvili al piano.
Además, el 1 de julio de los siguientes años
1784 en Berlín, muere Wilhelm Friedemann Bach, hijo de Johann Sebastian, el mayor de los supervivientes, también él, compositor, conocido como el “Bach de Halle”, dado que fue en esta ciudad donde adquirió una cierta nombradía.
1926 en Westphalia, nace Hans Werner Henze, tal vez, el compositor alemán más renombrado y respetado de su generación, considerado como uno de los operistas más notables de su tiempo.
1927 con la dirección de Wilhelm Furtwängler y el compositor como solista, se estrena en Frankfurt el primer concierto para piano de Bela Bartók.
1933 en Dresde, Richard Strauss estrena una nueva ópera. Ahora es el momento de Arabella.
