REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA ECONOMÍA

Bonistas presentaron una contraoferta y el Gobierno adelantó que no aceptará

Tres grandes grupos de acreedores presentaron una nueva contra oferta para restructurar deuda emitida bajo legislación extranjera por alrededor de US$66.000, pero el Gobierno ya adelantó que no aceptará la nueva propuesta.

Informe: Fernando Nole

La decisión fue transmitida por el Grupo Ad Hoc de Accionistas de Bonos Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio.

Estos grupos que, "colectivamente poseen más de un tercio de los bonos globales en circulación de Argentina y más de un tercio de sus bonos en circulación, se complacen en anunciar que nos hemos unido para presentar una nueva propuesta al gobierno argentino que cuente con el apoyo de todos los grupos de acreedores”, según sostuvieron en un comunicado.

Deuda: Alberto Fernández se reúne con Guzmán para definir la nueva oferta : : El Litoral - Noticias - Santa Fe - Argentina - ellitoral.com : :

La propuesta, de la cual no se conocen los detalles técnicos, “representa importantes concesiones económicas y legales de los tres grupos, incluido que los nuevos bonos emitidos a cambio de los bonos globales existentes se regirán por una versión modificada de la escritura de 2016”, aseguraron.

Para este grupo de tenedores de bonos, su propuesta ”proporcionará el alivio a corto plazo que Argentina necesita con urgencia, brindará una solución sostenible a largo plazo que asegure el futuro del país y su acceso a los mercados internacionales de capital, y el marco legal necesario para alentar la inversión adicional necesaria para poner al país en el camino hacia una recuperación sostenida”.

La iniciativa conjunta se conoce 15 días antes de que venza el plazo, dispuesto por el Gobierno, para que los tenedores acepten o rechacen la última propuesta presentada por el Ministro de Economía, Martín Guzmán.

Tanto el presidente Alberto Fernández, como Guzmán, dijeron en reiteradas oportunidades que éste era “el último esfuerzo” que podía hacer Argentina para pagarle a los bonistas.