El primer objetivo, antes de pensar en Estambul, sede de la final de esta edición de la Champions League, es que el deseo no se convierta en obsesión. Después de los desastres de Roma y Liverpool dos temporadas consecutivas, el FC Barcelona vuelve hoy a la máxima competición continental, un torneo que pesa cada año más desde que el propio equipo lo puso como prioridad, especialmente la pasada campaña.
Lo hace, eso sí, con su capitán acompañando al equipo. Leo Messi, que aún no ha jugado esta temporada por culpa de una inoportuna lesión de sóleo con recaída incluida, volvió a ejercitarse ayer con el grupo por segunda vez y entró en la lista de 22 jugadores que se llevó Ernesto Valverde a Alemania. Es difícil que el capitán azulgrana sea titular porque ni el argentino ni el técnico, que deberá descartar a cuatro futbolistas, quieren arriesgar. Pero el líder está en el grupo y eso siempre suma. Si no juega, al menos puede servir para resetear al equipo en Europa, un ejercicio que deben hacer para evitar que la ansiedad se apodere del cuadro azulgrana, candidato siempre, pero que no la gana desde 2015. Una exigencia que muestra el nivel del Barça en la última década, pero que acarrea frustraciones como las vividas especialmente los dos últimos años y que tanto pesan.
La presencia de Leo, que declaró en su día que tenía especiales ganas de jugar en el campo del Dortmund, también puede servir para intimidar. Porque el regreso a Europa no será fácil. El imponente Signal Iduna Park, un escenario que nada tiene que envidiar al ambiente que vivieron en Anfield, en aquella noche trágica que marcó la temporada pasada, una de las más decepcionantes de la historia reciente culé. Un estadio que se llena siempre –con más de 80 mil espectadores por partido– y con un muro. ‘The Wall’, en el fondo sur, con 25.000 almas incansables que contagian a toda la grada con sus cánticos. Dónde mejor para hacer borrón y cuenta nueva.
Más allá de la incógnita de Messi, Valverde podrá contar con el once de gala. Luis Suárez, tras su excelente media hora ante el Valencia, apunta a titular junto a Antoine Griezmann arriba. La duda es si les acompañará Carles Pérez o será Ansu Fati, que se convertiría en el debutante más joven de la historia del Barça en la Champions. Además, si el chaval de 16 años se estrenara con gol obtendría otro récord: el goleador más precoz de la Champions League.
El Borussia Dortmund, por su parte, viene fortalecido tras ganar al Bayer Leverkusen (4-0) en un partido en el que mataron al rival al contragolpe, su gran arma que volverán a sacar contra el Barça. En Alemania dudan que puedan arrebatarle el balón, así que aguantarán para hacer daño con transiciones rápidas.
Ante el Bayer, Favre ya recuperó a Guerreiro y Witsel, que arrastraban problemas físicos. Queda por ver quien acompañará al belga en el doble pivote. Después de perder en Berlín, Delaney le ganó la partida a Weigl ante el Leverkusen, donde el técnico suizo reservó a Thorgan Hazard, hermano del madridista que entró la última media hora.
El Dortmund se presentará con dos alternativas para intentar hacer daño. La profundidad y el juego de banda, aunque también buscarán sorprender por dentro. Esta segunda opción, destaca Reus, el capitán que juega de media punta y se asocia bien. Especialmente con Jadon Sancho, que con 19 años es el mejor driblador de la Bundesliga y repartió 17 asistencias la temporada pasada en Alemania. Finalmente, esperando conectar arriba estará Paco Alcácer. El ex del Barça tiene marcado este partido para poder demostrar que en el Camp Nou mereció más oportunidades. Con todo, la primera gran prueba del curso para un Barça que tiene como asignatura pendiente en este inicio de campaña su fiabilidad defensiva antes de recibir al Inter, el otro hueso del grupo.
