ENTRERRIANA ENTRE RÍOS

Adriana, la nieta Nº 126 recuperada conoció a su abuela entrerriana

La nieta restituida número 126, hija de Edgardo Garnier y Violeta Ortolani, se reencontró con su abuela paterna en Concepción del Uruguay. “Tiene 86 años y es una divina, es una persona hermosa”, aseguró Adriana.

“Estoy visitando a mi abuela, estoy como loca. Todavía no caigo que estoy viviendo esto. Tiene 86 años y es una divina, es una persona hermosa”, aseguró durante una entrevista con radio Splendid.

Parecidos

Adriana relató que entre las coincidencias halladas entre ella y su familia sanguínea, encontró que tenía rasgos de su madre y de su padre y también de su única abuela viva, a quien conoció al visitarla en la ciudad de Concepción del Uruguay.

“Me parezco a los dos, pero más a mi papá por la cara alargada y delgada, con orejas grandes, pero también a mi mamá por los ojos negros y las cejas pobladas”, dijo,

Las coincidencias

Adriana se sorprendió también con algunas coincidencias inesperadas como que su padre biológico era hincha de Independiente, equipo por el que ella también simpatiza. Recordó que por influencia de su padre de crianza se había vuelto seguidora de Huracán pero luego de una pelea abandonó esa preferencia para inclinarse por Independiente.
“MI padre era fanático de Independiente y mi mamá de crianza me había regalado un osito con las iniciales C.A.I. (Club Atlético Independiente) que yo guardé y ahora se lo traje a mi abuela”, comentó.

Su búsqueda

Adriana recordó también que “después de la muerte de mis padres de crianza busqué y me hice los estudios genéticos que en principio dieron negativo y a partir de ahí tenía muchas preguntas sin responder, porque si no era hija de desaparecidos, después de 40 años, era difícil empezar la búsqueda por otro lado”, aseguró.
A pesar de que sus tías y primas de crianza le dieron contención, al morir el matrimonio que la crió, Adriana reconoció sentirse “muy sola, muy perdida porque no tenia una referencia” y con una vida girando en torno al trabajo, el gimnasio y el paseo de su perro.
“Lo que me pasó es una inyección de felicidad tremenda, como un plus” aseguró y alentó a quienes se encuentran en situación similar “le pongan garra porque se puede salir adelante”.