Durante la primera mitad de 2025, la actividad económica argentina registró una mejora sostenida. De acuerdo con un informe de la consultora Orlando J. Ferreres, el crecimiento fue del 6,4% entre enero y junio, lo que marca un desempeño positivo en distintos sectores.

Junio se destacó como uno de los mejores meses del semestre, con un crecimiento del 7,4% en comparación con junio de 2024 y una suba del 0,7% respecto a mayo. Este comportamiento muestra una dinámica favorable y señales de continuidad en el ritmo de recuperación.

Sectores como la agroindustria, la energía y la tecnología vienen mostrando un papel activo en este proceso, lo que genera nuevas oportunidades y acompaña el desarrollo productivo del país.

Uno de los más destacados es el sector financiero, que registró un salto del 22,6%. Le sigue el comercio (mayorista y minorista), con un aumento del 9,5%, y los servicios públicos como electricidad, gas y agua, que subieron 11,6%.

Según el informe, el consumo de energía eléctrica también creció fuerte: 13% más que el año pasado, impulsado por temperaturas más frías y una mayor demanda residencial.

La industria manufacturera, otro termómetro clave, mostró señales firmes de recuperación. En junio creció un 6,2% interanual y acumuló un avance del 3,7% en el primer semestre.

Dentro del sector, se destacó la producción de alimentos y bebidas, pero también el fuerte impulso en maquinaria y equipo, gracias al buen momento de la industria automotriz. De hecho, incluso excluyendo a los autos, el resto de la industria también creció: 3,8%.

El sector energético también aportó buenas noticias: la producción de petróleo crudo avanzó un 16,2% interanual, el mayor salto en 25 años.

Además, la producción de gas creció un 7,6% y la generación eléctrica un 12,8%, lo que consolida una tendencia ascendente en toda la cadena energética.

Otros rubros que mostraron dinamismo fueron la minería, con un crecimiento del 9,7% en junio, y la construcción, que aumentó un 4,7%.

También subieron las actividades inmobiliarias y empresariales (3,6%) y el transporte y las comunicaciones (2,3%).

Estos resultados consolidan un panorama positivo para la segunda mitad del año, especialmente si se sostienen las condiciones de estabilidad macroeconómica y el impulso de sectores que traccionan empleo, inversiones y divisas para el país.