Por Daniel Cacioli

Puede parecer exagerado pero así como al Real Madrid le hacen dos goles te hace tres, Chacarita tiene ese mismo espíritu en cada partido.

La llegada de Pablo Centrone, al comienzo se lo miraba con desconfianza y le fue dando a los jugadores libertad para crear. El entrenador de Chacarita se parece en eso a Carlos Ancelotti el conductor Madridista. Gestiona no solo desde el trabajo y la táctica.  Sino también desde los egos. Las inseguridades. Los temores. Y los conflictos de cada jugador. Si al trabajo de campo se le agrega el acercarse al jugador y preguntarle ¿cómo estás? ¿Qué te pasa? ¿Dónde te sentís más cómodo? ¿Te duele algo? ¿Queres entrenar más liviano?

Eso se convierte en un plus que lo hace diferente. La humanización de la relación dt y jugador es una de las claves del finalista de la Champions. Y Centrone en eso es muy similar.

Chacarita entra a cada partido con la convicción de sus jugadores. Y su figura Ricardo Blanco, así me lo ha confirmado, de que van a jugar y hacer 1.gol más que el rival.

Aunque el arranque haya sido con dudas y desconfianza en la etapa del Torpedo Arias como Dt. La llegada del nuevo técnico y la mística recuperada por el equipo funebrero que hace años no tenía, hacen de CHACARITA un candidato serio al ascenso a pesar que hasta hace unas fechas Belgrano, San Martin de Tucumán e Instituto parecían los caballos del comisario.

Chacarita es Real. Está convencido y así  convence que en este campeonato es posible la vuelta a primera.