La provincia de La Rioja, en el noroeste argentino, a 1150 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, que se caracteriza por sus paisajes naturales y su arraigada tradición católica. Ofrece varias alternativas para quienes quieran conocer la marca de la religión católica de los conquistadores españoles en contacto con las tribus diaguitas que poblaban la zona.

Conocido como el circuito “Sendas del Espíritu Católico Riojano” en la recorrida se mezcla el culto católico con el sincretismo popular, en tradiciones casi desconocidas aún en la Argentina pero que muestran de qué forma se produjo el mestizaje de las culturas una vez pasada la crueldad de la Conquista.

En la capital de la provincia, el primer hito del sendero se conoce como “Un santo de madera de naranjo”, en el Convento de San Francisco, en donde se encuentra la celda y el naranjo que plantara el fraile San Francisco Solano, que llegó a estas tierras a fines de 1585 como “apóstol misionero”, caminando los 1.500 kilómetros desde Lima (Perú).

En su camino, el fraile español atravesó los actuales territorios de las provincias argentinas de Salta, Santiago del Estero y Córdoba, donde edificó templos y convirtió a indígenas. Son muchos los relatos sobre los milagros que el fraile realizó. Pero el más importante, que resultó destacado para su santificación, fue cuando en 1593 varias tribus indias amenazaban con avanzar sobre la ciudad recientemente fundada por el español Juan Ramírez de Velasco (a pocos kilómetros de la hoy capital riojana).

Podcast: Bajar

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